Con el auge de las redes sociales y, en general, de la internet, con sus millones de videos y audios, se ha popularizado cada vez más una imagen distorsionada de nosotros los maracaiberos, de los zulianos. Es muy común ver en aplicaciones como TikTok o Instagram, o en páginas web como Facebook o YouTube, muchísimo material audiovisual en el que el zuliano y específicamente el maracaibero es retratado como un ser inmoral, grosero, bebedor y, en general, lleno de vicios y falto de educación.
Pudiera pensarse, que tal representación proviene en su mayoría de trabajos realizados por gente de otros lugares de Venezuela, pero no es así. De hecho, casi la totalidad del material está hecho por maracaiberos, por zulianos, los cuales en vez de sentirse avergonzados por las conductas que allí muestran, creen, como decimos los venezolanos, que se la están comiendo. Así vemos como llueven las llamadas coloquialmente groserías o malas palabras, la chabacanería, el mal gusto, el irrespeto y hasta las maldiciones, es estos espacios que algunos necios crean para retratar lo que "somos" los maracaiberos o los zulianos y lo orgullosos que estamos de "ser así".
Si bien es cierto y muy conocido que los habitantes de esta región nos caracterizamos por tener un humor destacable, por ser joviales, amigueros y hospitalarios, no es menos cierto que la enorme mayoría no somos como en los espacios mencionados se nos describe ni tampoco estamos de acuerdo con ese tipo de acciones y palabras. No todos somos bebedores, no todos somos chabacanos, no todos somos "ordinarios", no todos somos mal educados, no todos decimos groserías en vez de hablar, no todos somos viciosos o vagos; es más, la mayoría no somos así.
Por todos es conocido que en muchas partes del país somos rechazados, y es precisamente por esto, porque hay unos que ensucian, no cumplen normas, "matan" a sus semejantes a fuerza de ruido, gritan, no tienen educación y son muy groseros.
Escribo este artículo con la esperanza de que los venezolanos sepan que aquí hay gente muy educada, que cumple normas, que no es chabacana, que no es gritona ni abusa de sus conciudadanos con el ruido, que a pesar de tener un humor agudo no dice groserías, que habemos quienes somos bien formados y estudiados y que hay otros muchos que a pesar de no ser estudiados tampoco son como los pintan.
Esta es la tierra de muchas luminarias, del general Urdaneta, de Rafael María Baralt, Udón Pérez, Jesús Enrique Lossada, Humberto Fernández Morán, Ana María Campos (Puertos de Altagracia), Francisco Ochoa, Ildefonso Vázquez, Ricardo Aguirre y tantos otros, y sería un equívoco juzgarnos por lo que hacen algunos que se sienten orgullosos de aquello que más bien nos afea.
No, nuestra verdadera imagen no es la de un ser mal vestido, sucio, mal hablado, borracho y con una botella de cerveza en la mano; no, no somos así, no crean eso.
