Gloria A ti, Casta Señora
De mi pueblo bravo y fuerte
Que en la vida y en la muerte
Ama y lucha, canta y ora".
Lo más bonito de mi Barrio El Saladillo era el día de la Procesión de la Virgen. Desde temprano la gente andaba de carrerita.
Uno veía a los más viejos atareado en la cocina. En mi casa Mamá preparaba dulce de lechosa con piña, manjar y todo el Barrio olía a dulce porque en todas las casas cada quien hacía lo mismo.
Uno bajaba por el callejón del Cerro de la Gaveta al lado de la Basílica y el ruido del papelillo que adornaba las calles era increíble. El viento los hacía sonar y era hermoso caminar por la calle El Tránsito, la calle Carabobo y por supuesto por mi calle Los Biombos.
Ya a las seis de la tarde todos en el Barrio estaban de punta en blanco y pulíos pá ir a montarse al hombro a la Virgen. Cuando se asomaba a la puerta, los cohetes y campanadas de San Juan de Dios eran la Gloria.
Todavía recuerdo a todo el Barrio cantando: " Gloria a ti Casta señora…" Alrededor de la Virgen siempre andaban revoloteando las muchachas, que desde muy temprano llegaban a la Placita, y desde las esquinas de Puerto Arturo, Las Quince Letras y el Tránsito deslumbraban con su belleza.
"Autóctona Virgen
De rostro bronceado,
Mi lago encantado
Te exorna los pies
Con rizos y ondas
De armónico halago
Y Reina del Lago
Te digan doquier".