Miserable y aberrante se puede calificar la nueva modalidad de los comerciantes de expenden alimentos en la localidad de Pariaguán, sur del estado Anzoátegui, municipio Miranda. La misma consiste en colocar un papel negro que tapa la cara externa de los pesos electrónicos, la que muestra al público comprador tres valores esenciales del producto a adquirir: el peso neto (lado izquiero del peso), el costo por kilo del producto (en el centro de peso) y el valor absoluto en bolívares de la cantidad pesada (lado derecho del peso). De este modo, 0,255 gramos de pollo, al valor actual en Pariaguán de Bs. 45/kg, totaliza Bs. 11,48. Sin embargo, los usureros ladrones cobran, redondo, Bs. 15 por esos mismos 255 gramos de pollo.
Este modus operandi lo aplican para todo lo que se expenda pesado.
He manifestado mi denuncia ante funcionarios del SEMATRI (Servicio Municipal de Administración Tributaria del Municipio Francisco de Miranda), como órgano fiscalizador de todo tipo de comercio local, en especial los del ramo alimenticio; pero este organismo, por más que aplica multas y mantiene empleados fiscalizando algunos abastos chinos, no logra contener la especulación local. Por lo tanto, esta práctica ociosa y denigrante la aplican venderores de pollo, verduras, carnes, queso, aliños, frutas y demás rubros de la dieta básica alimenticia.
Yo atribuyo esto al amiguismo imperante, al comparazgo existente, a la falta de respeto ante el organismo (SEMATRI), y a la imperiosa necesidad de medidas ejemplarizantes, como cierre definitivo de quienes insisten en violar la ley, tan impunemente, vulnerando también los derechos del consumidor y su ya paupérrimo poder adquisitivo.
El pago del mes de pensión corespondiente de diciembre de 2022, más el añadido del mes de aguinaldo, se prestó para que la usura desmedida hiciera desastre con los ancianos y ancianas del pueblo. Quienes les "cambian" efectivo (por cuanto nuestros viejitos y viejitas prefieren hacer sus compras con dinero en físico), les cobraron el 30% por dicha operación. Por alguna razón, ellos no acuden al banco a sacar su efectivo, y se dejan especular. De esta manera, al "cambiar" 200 bolívares, solo reciben 160. Aunado a esto, también los roban cuando les pesan pollo, verduras, frutas, queso, salchichas, aliños, o cualquier otra cosa.
Los locales de la calle Comercio, de la calle Anzoátegui y de la calle Bolívar son verdaderas ratoneras del robo más descarado, de la más rancia y deshonesta práctica de la usura, Señor alcalde, colega profesor Ángel Vásquez, usted como alcalde bolivariano, no puede hacerse el ciego ni el sordo ante este clamor del pueblo.
Meta en cintura a estos descarados ladrones. Revise cada peso de cada comercio, y si, como alegan ellos, está dañada la cara externa que muestra los valores al público, oblíguelos a reemplazar ese peso defectuoso. Pero, si se comprueba que se trata de una vulgar treta, de una maniobra ex profesa, para robar, para engañat y ocultar lo real y legal de la compra-venta, para perjudicar el boslillo de los pobres de Pariaguán; métales tres días de cárcel, paselos a fiscalía, aplíqueles multas ejemplarizantes y suspendales los persmisos de comercio por tres meses.
Hágalo así, y verá los resultados.
Hágalo, por su pueblo. Pero hágalo de una buena vez.