Un grupo de docentes por allá en la década del setenta acostumbraban reunirse para compartir o celebrar cualquier evento. Un 26 de junio de 1974 decidieron formalizar aquellos encuentros y crear una organización con un nombre muy particular: EL CLUB LAS BONCHONAS. Con el objetivo de buscar un espacio de la dinámica diaria, del trabajo docente y del hogar; que le sirviera de aliciente, de distracción y esparcimiento. La crearon con toda una normativa, para darle sustentación a través de unos estatutos. Posteriormente con el correr del tiempo les abrieron las puertas a aquellas damas que desearan ingresar dedicadas a otros oficios y profesiones. La organización y así lo establece los estatutos, no tienen ninguna discriminación de raza, credo religioso, social o político. Internamente se habla sin tapujos, ni reservas, pero para eso tienen un freno en los estatutos que señala: “lo que aquí se dice y lo que aquí se oye, aquí se queda”. No sale afuera ni lo que decía Socrates, aquel filosofo griego; cuando algún alumno se presentaba con un chisme, le decía: dígalo, eso sí, cumple con estos tres parámetros: “Que sea verdad, que no dañe a nadie y que sea útil”.
Este tipo de organizaciones, han caído en el olvido y en las sombras, para el debido reconocimiento del pueblo y de las generaciones presentes y futuras. Muchos que viven aquí, ignoran o no se han percatado que existe este club con tan loables actividades. La historia de los pueblos debe ser escrita o reescrita y programas como Entre Guamazos del comunicador social Raúl Delgado lo ha venido haciendo con mucho acierto. Ahí lo vimos departiendo con esas distinguidas damas de la sociedad palmirense, en sus 49 años del club, contando sus anécdotas, sus vivencias; sus añoranzas, sus historias más sentidas; porque el trabajo de ellas no están circunscritas al bonche, a reunirse una vez al mes, al festejo, a la fiesta. No, su trabajo va mucho mas allá, junto a las comunidades donde está el necesitado, junto a los niños para llevarle su juguete, como lo han hecho con la ayuda generosa de la emisora La Mantellina. Han entregado premios a la liga de softbol. Le han prestado ayuda a la lucha contra el cáncer; al mantenimiento del cementerio municipal, etc. Lo más resaltante es que no disponen de alguna ayuda en especial de algún organismo. Todo es financiado a través de sus propios recursos. Cuando cumplan los 50 años de existencia debe ser declarada Patrimonio Cultural y Social del municipio a través de una sesión de la Alcaldía del municipio. Por sus actividades y los fines y objetivos que cumplen es única en el estado Táchira, de ahí que la gobernación debería reconocer el trabajo meritorio que ha venido desarrollando este Club.
Entre esa larga lista de integrantes del Club están: Mirian Roche, Olga Chacón, Selena Sánchez, Luisa de Ramírez, Yelitza Ramírez, Genibera de Porras, Lusdey de Zambrano, Agustina Porras, Mela Chacón, Xiomara de Morales, Gladys Porras, Yoselina Ramírez, Anita Luna, Ivette de Becerra, Anibel Ramírez, Inés Zambrano, Mecha de Porras, Silvia Moros, Nidia de Guerrero Carelys Vásquez, Vanessa León y Yeselly Plaza León. Van estas expresiones para recordar algunas de las 21 bonchonas que han partido; hace décadas, otras años y muy pocas meses. Que por su espíritu batallador, amplio y generoso dejaron una huella inquebrantable de recuerdos y ejemplos. Ya no están para volar a la grandeza de la eternidad, llevándose La preocupación de abandonar a sus seres queridos. Su presencia seguirá palpitante en el recuerdo, pero su lugar en algunas de ellas lo ha ocupado una descendiente. Entre algunas de las fundadoras que han partido están: Aura Elena de Moros (+), Imelda de Zambrano (+), Isabel de Ruiz (+), Hilde de Porras (+), Carmen de Ruiz (+), Graciela de Morales (+); Lilia de Ramírez (+).
Este es un Club con características muy particulares, de cinco décadas diferentes, de dos siglos diferentes; pasó de las cartas escritas, de los telegramas a los correos electrónicos y wuasapp ; de las llamadas por teléfono a las videollamadas a cualquier parte del mundo. En fin toda una generación que no se ha resistido al cambio y menos con esas jóvenes que ya cumplieron los 25 años y pujan por ingresar. Es bueno que le abran las puertas porque eso incide en su modernización. Tengo entendido que la más joven es Yaselly Plaza León, albricias y muchos éxitos. También van mis reconocimientos a la Sra. Olga Chacón que a pesar de sus años siente el palpitar de la vida de sentirse joven de corazón que es lo fundamental en la vida. Para las personas como ella; la vida es dos y tres veces vida, porque La está empleando con sabias y fecundas compañeras.
Ya finalizando el programa Entre Guamazos vimos a la Sra. Genibera de Porras realizar una narrativa con una síntesis de los logros alcanzados por el Club. Ya al final de la intervención, el sentir impidió el razonar y unas lágrimas brotaron como unos crepúsculos de rosas de alguien que ama lo que hace. Vaya mi reconocimiento a la actual directiva que lo ha venido haciendo con lucidez, decoro, aploma y efectividad; a su presidenta Lusdey de Zambrano, su tesorera Inés Santander y secretaria de actas Mela Chacón. Alguien dijo por ahí, que el éxito es hijo de la perseverancia y firmeza en el trabajo, en las tareas diarias y eso es lo que ha tenido de sobra este Club en todos estos años de fructífera existencia.
