Las elecciones internas del Partido Socialista Unido de Venezuela son el punto de partida de una nueva era. Como siempre, habrá denuncias, descalificaciones, pataletas, pero el proceso es indetenible. Lo cierto es que la revolución se depurará de una manada de locos que han hecho de la política una forma parasitaria de vida. Quizás lo más importante es construir mecanismos de participación que impidan o por lo menos dificulten los sectarismos. Una vez definida las candidaturas es necesario que ese grupo de políticos derrotado, con aspiraciones obsesivas toque tierra y cierre el pico. El análisis pasional, visceral e irracional de unos pocos está convirtiendo a líderes en marionetas de aduladores de oficio. Eso tiene que acabar en el PSUV, porque hace más daño un revolucionario loco que un opositor escéptico. Así como también deben emigrar los denunciadores de oficio y los resentidos sociales con complejo de inferioridad.
Recuerdo una noche de candidaturas en Guayana, en las que Herrera Jiménez pedía el favor de Joaquín Ramos para ser postulado como candidato a la alcaldía de Caroní. En aquella oportunidad se enviaron tres nombres a Caracas, Herrera Jiménez, Rada Ganluch y Antonio Briceño, sin embargo, el nombre que llegó de Caracas como candidato a la municipalidad fue Clemente Scotto, cosas de la política. Hoy Joaquín Ramos está en la oposición apoyando a Rojas Suárez, cosas de la política. Herrera Jiménez luego de integrar el Comando Maisanta ahora regresa de Caracas y es enemigo circunstancial de Rangel Gómez para aspirar a la Gobernación, cosas de la política. José Ramón López, luego de ser llevado a Consejal por el trabajo de Sergio Hernández y Roiner Sarmiento, además del apoyo de Rangel Gómez, se obsesiona con sustituir a Clemente Scotto en una campaña que duró casi cuatro años, cosas de la irracionalidad. Y hoy en Caroní, municipio estratégico, a diferencia de aquella noche de tres pre candidatos, existen 51 candidatos. ¿Nos sobran líderes o nos sobran locos?
De alguna manera debe superarse la candidaturitis, pues no deja de sentirse un poco de tristeza ver en el canal del estado a un evangélico gritando consignas vacías todas alusivas a Jesucristo. Con el respeto de los evangélicos, cristianos o cualquier otra religión, pero buscar votos con la religión resulta en muchos casos más que mediocre, humillante. El caso más patético es un candidato de oposición en Bolívar, quien se convirtió en pastor evangélico para hacer campaña, gracias a Dios el susodicho es ateo, porque se necesita no creer en nada para hacer semejante papelote.
La prueba de fuego del PSUV consiste en sobrevivir con una propuesta coherente luego de esta masacre política en las filas internas. De aquí en adelante no debe permitirse la descalificación como estrategia política. Es absurdo que la propuesta de un candidato sea un diccionario de insultos y frases de cajón que van desde “atacar la inseguridad”, “mejorar la salud”, “saltar los trámites burocráticos” y demás frases que se vienen repitiendo desde hace 50 años y no dicen nada en concreto.
El amigo lector debe saber que trabajo para la Gobernación (Bolívar) y este hecho parcializa mi opinión, por lo tanto mencionaré tan solo una razón por la cual creo que el actual gobernador continuará en su mandato: le dio solución al problema del agua. Y es que hasta Acarigua, presidente de Sutiss y enemigo circunstancial en otros momentos del actual gobierno, nos confesó que por primera vez en muchos años se pudo bañar con agua de la regadera. En tres años, se sumaron más de 750 mil personas al servicio de agua, lo que se traduce en más del 90% de las comunidades atendidas. Y el objetivo a futuro es buscar los barrios sin tuberías. En realidad tenemos ventaja en la promoción, pues la campaña publicitaria de este gobierno la sienten los opositores cada vez que se bañan.
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