Desde hace varios años los hacedores de dinero, empresarios, inversionistas o como quiera llamarse a esos señores de buena presencia, hablar mesurado, finos modales que se han adueñado de la isla de Margarita, son considerados intocables.
Pareciera que hasta la propia izquierda titubea a la hora de encarar a estos señores. A tal punto es el silencio cómplice que cuando los parlamentarios chavistas se oponen a la construcción de un puente que una a la isla con tierra firme, no sabemos si lo hacen por defender la insularidad o si es por cuidar los intereses de los dueños de Conferry.
La justa toma por parte del Estado de las instalaciones del Hotel Hilton Margarita se hace por decisión presidencial, a nuestros dirigentes rojos-rojitos no les pasó por la cabeza que eso se podía hacer.
De allí que cuando la diputada Rosario Pacheco, de forma valiente, denuncia la manera indiscriminada como se vienen levantando construcciones en la isla, muchas de las cuales desatienden a la defensa del medio ambiente, violentando de manera terrible los cerros, mares y espacios verdes, de inmediato se arma el escándalo.
Lo primero que se dice es que Rosario Pacheco como no es margariteña está en contra del desarrollo de la isla; cancioncita ya vieja, repetida y aburrida, que en un tiempo se usó, por ejemplo, contra el nunca olvidado poeta José Lira Sosa y en otras contra nuestra persona.
Contra la propuesta de Rosario Pacheco de declarar la emergencia ambiental en Nueva Esparta y frenar las construcciones indiscriminadas hasta tanto no se respete el medio ambiente, se lanzaron los empresarios, en especial los de las cámaras del concreto, las del billetamen que a punta de cemento se prestan a derrumbar cualquier producto de la naturaleza, expresión cultural e histórica, para pegar bloques.
Más atrás saltaron los políticos tipo Morelito Rodríguez Rojas, hijo del capo Morel Rodríguez Ávila, calificado de mafioso por el Camarada Presidente, aunque muchos de nuestros dirigentes parecen vivir una eterna luna de miel con el gallero.
Morelito, al igual que los empresarios, acuden al sambenito de las inversiones, la creación de empleos, el progreso y ta, ta, ta.
Bien, entonces que alguien monte un negocio de alquiler de sicarios, le de empleo a doscientos matones, con ello se venderán más urnas, también más flores, más madera para las urnas, más cemento para las tumbas, más material para componer muertos, y más otras cosas; y eso es desarrollo, según se entiende en lo expresado por los empresarios y Morelito.
Bien podrían colocarle un nombre chic: “Assasins for hire Margarita”.
Morelito, por ejemplo, que tanto se sulfura cuando la diputada Rosario Pacheco le pisa los callos al poder económico, podría contratar los servicios de esa empresa y en un santiamén sale de la camarada.
Y bien por las divisas, la creación de empleos, la prosperidad.
Y las leyes al demonio, como en el caso de las construcciones sin orden.
Lo de los empresarios es comprensible, para ellos el dinero es más valioso que las vidas humanas. También entendemos la postura de Morelito, pues su padre ha sido gobernador sopotocientas veces sólo por defender al gran capital.
Pero, ¿cómo entendemos a los nuestros?
En especial, ¿cómo entendemos al diputado Juan García?
Si se crítica a los propietarios de Chana Hotel´s porque violentan las normas del ambiente y explotan a trabajadores a través de cooperativas, Juan defiende a estos propietarios.
Si se cuestiona al empresariado del Puerto Libre porque sólo ellos se aprovechan de este régimen especial, dejando al pueblo en la lona, Juan defiende a estos empresarios.
Si se denuncian las construcciones indiscriminadas que violentan el ambiente, que es el caso que nos ocupa, Juan defiende a estos constructores.
Pero también salta otro rojo-rojito, el abogado Millán, al parecer jefe o aspirante a jefe de los abogados bolivarianos, y apela a que Rosario no es margariteña ni delegada del PSUV, por lo tanto no debe opinar sobre el tema.
Bueno, este picapleitos en otras oportunidades ha defendido lo que se conoce como desarrollismo salvaje que atenta contra el medio ambiente, la historia y la memoria de Margarita, contra los pescadores margariteños y contra el patrimonio cultural de la isla. ¡Menudo sociolisto!
Nos sorprende la directora regional de Ambiente, quien dice que las construcciones no son asunto suyo. Es decir, un caso de violación del medio ambiente no es tema del Ministerio del Ambiente. ¿Alguien lo entiende?
Más atrás el director de Instituto de Mejoramiento Ambiental del estado Nueva Esparta muestra su desacuerdo con las palabras de Rosario Pacheco porque ¡el ambiente no se debe mezclar con la política! Además, señala que la referencia del Camarada Presidente a la defensa del medio ambiente, fue sólo una preocupación, nada de fondo. ¡Menudos funcionarios nos gastamos!
El secretario general del MEP, que si bien no es rojo-rojito, es morado-moradito, apela a que Rosario Pacheco por no ser margariteña quiere frenar el desarrollo de la isla.
¿Y qué dice el PSUV?
Hasta el momento sólo se ha pronunciado en apoyo a la declaratoria de la emergencia ambiental la profesora Rosa Cedeño, Directora de la Zona Educativa, quien sabe de los desastres contra el medio ambiente desde hace muchos años atrás.
La parlamentaria Rosario Pacheco muestra su preocupación porque a las OCV nacidas del seno del pueblo, expresión de la democracia participativa y protagónica, son frenadas en sus trabajos de lograr la construcción de viviendas por falta de permisología, “pero apenas aparece un capitalista hotelero o de un urbanismo y le salen como por arte de magia todos los permisos, de agua, luz, vialidad, electricidad y de habitabilidad.”
Así es que se hace política en Nueva Esparta, por eso los adecos nos ganas, pues para tener rojos-rojitos alcahueteando a los explotadores, la gente opta por mantener a los blanco-blanquitos para la misma vaina.
salima36@cantv.net