Nunca es tarde, y ahora que el gobierno asume con éxito unas medidas desesperadas y contundentes contra sobrexplotadores burgueses y transnacionalistas, a pesar de que dichas medidas amenazan su estabilidad política, debería tomarlas con mayor fuerza correctiva contra funcionarios incapaces. Debería pasarle facturas no menos contundentes a esos Alcaldes, ROJOS o BLANCOS o VERDES que han otorgado permisos de construcción urbanística sin tomar jamás las precauciones sobre disponibilidades energéticas y acuosas.
En Valencia es proverbial el abuso urbanístico realizado por algunos Alcaldes, los edificios multiniveles y apelotonados superan con mucho la velocidad de urbanización vertical que pudo haber privado en la metrópolis neoyorquina de principios del siglo pasado. Nuestra Cordillera Central valenciana está en permanente vía de tala, aunque estos Alcaldes han sabido respetar las zonas donde habitan quienes usted llama escuálidos y plusescuálidos. Para ir a San Diego dese Valencia debe transitarse por la congestionada autopista del Este y vía San Diego, mientras detrás de, por ejemplo, Lomas del Este y detrás del Viñedo, Las Chimeneas, etc., está justamente San Diego. Pero para esos Alcaldes la paz de esos habitantes es “caca”, por aquello de que “mapurite sabe a quién defeca y mea” (sic)
A tal punto ha sido el descontrol urbanístico que esa Alcaldía ha provocado que ha convertido la zona Norte de Valencia en un verdadero caos vial, y ahora sin luz ni agua que por supuesto se ve agravado con los problemas que sobre estos recursos ahora han hecho esa crisis a la que dichas Alcaldías han contribuido en buena parte.
Hasta los tarados saben que semejante irresponsabilidad tuvo por causa la corrupción desenfrenada e impune que sobre estos alcaldes siempre ha privado. Sacúdase de ellos, Sr. Presidente, asuma su responsabilidad porque semejantes actuaciones evidentemente lo mantiene ahorita a usted entre la espada y la pared. Por lo menos, castigue ejemplarmente a quienes por esa vía vienen contribuyendo a su derrota. Tiene tiempo para hacerlo.
Usted que ha leído la historia de Simón Bolívar sabe que él llegó a castigar al corrupto hasta con la pena de muerte a quienes robaran al Fisco o hicieran manejos dolosos en su condición de burócratas autónomos. No pedimos tanto pero sí castigos ejemplares.
Mano dura contra esos delincuentes amparados con cargo populares. Usted no podrá hacer nada contra otros funcionarios, ni contra el descuido cometido con esas infraestructuras energéticas, lo sabemos, pero por lo menos sancione severamente a estos pillos “menores” de la cosa pública que tanto o más daño causan que los narcotraficantes y delincuentes comunes.