Agosto 17 de 2016.-Cerca de cien productores agrícolas del estado Trujillo se juntaron en el III Encuentro de Intercambio de Semillas Locales, realizado en Boconó, como una muestra de su compromiso con el futuro del agro en Venezuela, informa FONACIT en una nota de prensa.
La actividad también contó con la participación del viceministro para Investigación y Aplicación del Conocimiento, Guillermo Barreto, quien señaló que "esta debe ser una actividad rutinaria de las comunidades productoras, para generar más alimento y soberanía".
"Intercambiar semillas campesinas, indígenas y afrodescendientes es un ejemplo de nuestra resistencia con ese otro mundo que quiere dominarnos y hacernos débiles mediante el secuestro y la mercantilización de la comida", dijo.
El Viceministro recordó "cómo las semillas criollas que tenemos hoy son producto del conocimiento y de la responsabilidad de las comunidades campesinas que las cuidaron para estas generaciones".
A su juicio, el intercambio de semillas es posible en Venezuela, porque "contamos con una Ley de Semillas revolucionaria, cuyo espíritu protege las semillas locales, y permite el libre intercambio".
"La Ley de Semillas defiende la vida. Reconoce que cada semilla es una vida, una historia; está prohibido patentar la vida. Este instrumento legal impulsa los bancos de semillas locales para garantizar alimentos sanos; contra las transgénicas, que dañan la salud humana y el ambiente", resaltó.
Para Barreto, "esta emergencia económica nos obliga a reinventar otras formas de alimentarnos. ‘La papa’ la tenemos aquí. Tenemos la tierra y tenemos la semilla, solo debemos comprometernos para producir".
Reiteró que "la ciencia no solo está en la academia, también está en las manos y en el saber de los campesinos; por eso, no debemos separarnos de los productores del campo".
Semillas de ciencia, raíces ancestrales
El III Encuentro de Intercambio de Semillas Locales regó un ‘cultivar’ de voces populares. Sandra Palencia, agricultora de Las Mesitas, subrayó que "esta crisis es bendita, porque nos ayudó a retomar nuestra raíces ancestrales, y a entender que defender nuestra semilla es defender nuestros alimentos".
Julio Pinto, productor agrícola de la aldea Miticún, también confirmó lo dicho por Palencia: "Defender nuestra semilla es garantizar alimentos; pero, sobre todo, alimentos sanos. Los campesinos siempre hemos vivido de la tierra, y el intercambio de semillas permite aumentar y mejorar la producción".
A su vez, el agricultor José Díaz hizo referencia a "la importancia de rescatar la variedad de semillas que sembraban nuestros abuelos, por ser semillas sanas que no necesitaban tantos químicos. Es empezar a comer más sano, en este jardín campesino que se llama Venezuela".