Ahora las panaderías
tienen cuentas de tuiter, también la policía nacional, los
bancos, los canales de tv, las empresas de helados, de cervezas, las
zapaterías, los mototaxistas del bulevar de Sabana Grande, la señora
que vende flores en la avenida solano, y las chicas que venden amores
en la avenida Libertador, usan la herramienta.
¿Qué ha hecho a la
herramienta sea tan popular? En Venezuela meterse en Internet es “una
mantequilla”, es más fácil que comprar pan, y no solo en las computadoras,
“aquí hasta los limpiabotas tienen Blackberry”, me dijo mi amigo
Carlos Giménez.
No es para menos. Para
2010, en la Venezuela de unos 27 millones de habitantes, funcionan un
total de 28 millones de teléfonos celulares activos, para un
total de 29,3 millones de suscriptores reportados por
las empresas, según la Comisión Nacional de Telecomunicaciones
(Conatel).
El mismo avance se
reporta en el uso del Internet. Informa Conatel) que del año 2000 al
2009, el país creció de 273.000 suscriptores a 2 millones 33.000 suscriptores
de Internet. (ABN 22/02/2011)
Los que odian a Chávez
consideran “chic” comunicarse a través de la red para tumbar
al “tirano” cada dos semanas. Les parece mejor dar un golpe de Estado
desde su blackberry y no sudando en las calles. El tuiter era
espacio que se consideraba territorio liberado por la clase media
alta de Venezuela.
Los socialistas, revolucionarios
o cercanos al proceso bolivariano, asumieron el llamado del presidente
Chávez a desalambrar el tuiter y ahora la cosa hasta tiene avatares
con pajaritos rojos rojitos, tanto ha sido el “boom” que en diciembre
de 2010 se realizó 1er Encuentro Nacional de Tuiter@s Socialistas y
se produjo el nacimiento de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas.
El twitter atrae porque
sabe a inmediato, a directo. Por ejemplo: cuando Chávez escribe un
tuit (mensaje de 140 caracteres) en @chavezcandanga ¿Usted, ha
sentido que se lo dice directamente?
Hay para todo. Por
ejemplo, usted podría decepcionarse por tuiter de Willie
Colón (@williecolon) por fascista, puede ver cómo este cantante prefiere
arrastrarse ante Estados Unidos a tener su país, Puerto Rico, libre.
Uno puede reírse de
los medios tradicionales de comunicación, debido a que la información
corre como agua entre las manos y uno se da cuenta de que la sabe antes
que el noticiero de las 12.
La mamá de una amiga me preguntó: ¿Cómo funciona eso del tuiter?
-Mmmmmmm. A ver… ¿Usted habla sola? le pregunté.
- Siiii, como no. (Me dijo).
- Entonces ya sabe
cómo es la cosa, le sonreí.
En la red social del
pajarito, uno parece más un chamito que grita desde la planta baja,
para que el amigo del piso 14 baje a jugar pelota, que un comunicador.
En tuiter los mensajes vuelan. Literalmente. La avalancha de
sms (short message service, por sus siglas en inglés) se asemeja
a una llovizna de titulares de prensa.
Este espacio es tan
diverso y plural que los mensajes del diario La Jornada de México (@lajornadaonline)
se mezclan con los de Roberto Malaver (@robertomalaver). Los de @laradiodelsur
jamás llegan a ser tan prolíficos como los tuits que envía
el robot que escribe en nombre de Roberto Hernández Montoya (@rhm1947), un androide que emite 225 mensajes por minuto.
Dependiendo del grupo
etáreo, son más los mensajes que se reenvían, que los que se responden.
En serio, revise: De toda la gente que usted sigue o que lo sigue, que
pueden ser cientos o miles ¿Cuántos le responden directamente?
De cualquier manera,
es una buena forma de gritar las cosas que uno quiere. Como estar en
el borde del precipicio, pero sin eco. ¿Moda temporal? ¿Revolución
de las comunicaciones? ¿La aldea global en 140 caracteres? ¿Ninguna
de las anteriores?
En el caso nacional
no es sólo un loguito chavista lo que llama a repoblar esta red social,
sino la oportunidad de expresar su opinión directamente, sin intermediarios,
sin periodistas que transcriban o tergiversen lo que opina. Otra puerta
para un posible debate, sin censura previa, ni filtro.
Sin dudas, este es
otro ejemplo de la falta de libertad de expresión
que reina en esta dictadura venezolana.
Periodista
navarroernestoj@gmail.com / @ernestojnavarro