Las tecnologías de información y comunicación como elemento de inclusión social

Alvin Toffler señala en su libro la tercera ola la importancia que tiene hoy en día la revolución tecnológica como punto de inflexión en la historia de nuestras sociedades, luego de la revolución agrícola y la revolución industrial la nueva era muy relacionada a las comunicaciones, las capacidades de cómputo y la posibilidad de obtener volúmenes de información significativos permiten acrecentar los conocimientos científicos que se aceleran permanentemente con la incorporación de nuevas tecnologías. 

De tal forma aparece la sociedad de la información y la sociedad del conocimiento como elemento de estudio para definir el contexto histórico actual y poder posicionar al campo de la Ciencia en su sentido ideológico en la mirada y debate del quehacer científico mundial. 

Sin embargo esto ha llevado como lo fue a lo largo de la historia con la revolución agrícola en el feudalismo y la revolución industrial con el capitalismo a monopolizar los avances científico-técnicos en una elite que responde a los intereses de los poderosos y que se apoderan del conocimiento lo esconden y lo aplican de acuerdo a sus intereses, por tanto resulta una etapa evolutiva de la revolución burguesa, ahora en globalización. 

El Dr. Rafael Antonio Palacios Bustamante plantea una dicotomía entre la sociedad del conocimiento y la sociedad democrática del conocimiento, como punto de partida de una discusión que permiten preguntar por ejemplo en el caso de las Tecnologías de Información y Comunicación ¿al servicio de quién?, parece contraproducente que en la octava meta del milenio se perciba la inclusión tecnológica en relación al aporte del sector privado y no como una política emanada desde los estados, pero se les exige a los estados la disminución de la pobreza. 

De tal manera en la declaración de Damasco(1997) se plantea: “apoyar el realce de la infraestructura de las tecnologías de información, seguir de cerca el rol de los medios de comunicación, y la reducción de la «brecha digital», una brecha creciente en el acceso a las nuevas tecnologías de información y comunicación entre algunos países y entre diferentes segmentos de la sociedad”, lo que sin duda reafirma que la política de inclusión tecnológica debe apuntarse desde el propio estado como elemento social que permita disminuir los índices de pobreza existentes. 

Con la llegada de la revolución Bolivariana se crea un marco legal para el desarrollo de las TIC, en la carta magna su artículo 110 es muestra de ello, así como la ley orgánica de telecomunicaciones, la ley de responsabilidad social de radio y televisión, la ley de mensaje de datos y firmas electrónicas y los decretos presidenciales 825 y 3.390, sobre estos últimos se ha desarrollado una política nacional enmarcada en los planes de desarrollo económico y social de la nación, así como en el plan nacional de ciencia, tecnología e innovación. 

El decreto 825 en su artículo 1 dice: “Se declara el acceso y el uso de Internet como política prioritaria para el desarrollo cultural, económico, social y político de la República Bolivariana de Venezuela” y así mismo el 3.390 en la misma posición define: “La Administración Pública Nacional empleará prioritariamente Software Libre desarrollado con Estándares Abiertos, en sus sistemas, proyectos y servicios informáticos. A tales fines, todos los órganos y entes de la Administración Pública Nacional iniciarán los procesos de migración gradual y progresiva de éstos hacia el Software Libre desarrollado con Estándares Abiertos”. 

Este par de decretos han dado un vuelco estratégico a la política nacional pues con ello se han permitido crear más de 738 infocentros a nivel nacional que sin ningún costo permiten a las ciudadanas y ciudadanos acceder a internet y con software libre, adicionalmente más de 1.500 Centros Bolivarianos de Informática y Telemática e igualmente más de 1.500 Centros de Gestión Parroquial al servicio del poder popular, destacando el proyecto nacional denominado Canaima educativo que pretende llegar a más de 2 millones de niñas y niños de nuestras escuelas, que accederán de manera gratuita como política de estado a un morral tecnológico. 

Pero no sólo como una política asistencial la revolución ha permitido transformar la exclusión tecnológica por una inclusión social y productiva, es allí donde los centros de comunicaciones comunal que promueve la nacionalizada CANTV son administrados por la propia comunidad, de tal forma que entregamos de forma directa el poder al pueblo sobre los medios de producción referentes al desarrollo de las TIC en el país. 

CANTV permitió  llevar de 207.000 usuarios con acceso a internet en 1.998 a más de 9 millones en 2.010 considerando además que desde la nacionalización en 2.007 se han duplicado la cantidad de usuarios mediante una política de rentabilidad social que era privada por sus antiguos dueños por la rentabilidad económica. 

La UNESCO ha tenido que reconocer con el premio “Rey Hamad Bin Isa Al Khalifa”  el más de 1 millón 90 mil alfabetizados tecnológicamente por la Fundación infocentro, que sólo es posible dado que existe un proyecto socialista que visualiza las TIC como un campo de liberación. 

Adicionalmente se ha promovido el desarrollo de aplicaciones bajo software libre como elemento fundamental para la soberanía e independencia científico-tecnológica, así encontramos la Meta-Distribución Canaima y los programas que las instituciones desarrollan a su medida sin las ataduras del software privativo y con la promoción del talento humano nacional que tiene como premisa el desarrollo endógeno. 

Sobre el software libre se hace un especial énfasis dado que como tecnología no representa ningún tipo de neutralidad, pues en su contexto ideológico en las palabras de Richard Stallman sería plantear que: “para que la inclusión digital sea buena, hace falta que sea inclusión en una sociedad libre” de tal forma que una apuesta por la libertad del conocimiento para que la gente se apropie de él resulta lo más conveniente en este momento histórico, el socialismo Bolivariano busca de manera incesante el poder del pueblo, las TIC como resultado de la política nacional debe encaminarse en esta dirección. 

“Las actividades cuyo objetivo es la inclusión de más personas en el empleo de las tecnologías digitales se basan en la suposición de que esto sea invariablemente algo bueno. Parecería que así es, si se juzga considerando únicamente la conveniencia práctica inmediata. Sin embargo, si juzgamos también en términos de derechos humanos, es el tipo de mundo digital en el que nos quieren insertar lo que determina si se trata de un bien o de un mal. Antes de luchar por la inclusión digital, debemos cerciorarnos de que las personas estarán en un mundo digital bueno”. Conferencia de Richard Stallman Por una sociedad digital Libre. 

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Nelson Ortega

Aprendíz de Socialista, Bolivariano, Investigador, Planificador Ingeniero en Informática, Diplomado en Innovación Tecnológica, Msc. Planificación Global. www.masrevolucion,blogspot.com

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