I.
Una de las condiciones para tener salud es que nuestro cuerpo tenga el máximo rendimiento en cada uno de los órganos de sus sistemas. Ese rendimiento en buen porcentaje depende de la limpieza (desintoxicación) que se realice en los órganos que llevan las macrofunciones de asimilación y eliminación.
En anteriores oportunidades hemos dicho que diariamente, mientras dormimos, ocurre un proceso básico de desintoxicación que comprende 5 fases consecutivas por un periodo aproximado de 8 horas: a) 9 a 11 pm, el sistema linfático hace una eliminación general; b) 11 pm a 1 am, se produce la limpieza del hígado; c) 1 a 3 am, tiene lugar la desintoxicación de la vesícula biliar; d) 3 a 5 am, los pulmones se descongestionan y e) 5 a 7 am, se produce la limpieza de los intestinos y la vejiga urinaria.
Si embargo, esta limpieza no es suficiente para desalojar elementos dañinos (colorantes, pesticidas, antibióticos, metales pesados y hormonas) que lamentablemente llegan a nosotros por vía de: comidas (de los supermercados, legumbres, frutas, verduras, hortalizas, carnes y pescados); aire de las ciudades; medicamentos y agua.
Entonces hace falta una desintoxicación profunda, la cual debe ser rutinaria, caso contrario estamos propensos a sufrir: cansancio, el dolor de cabeza, el insomnio, los problemas digestivos o dermatológicos.
De todos los órganos involucrados en las macrofunciones asimilación y eliminación, debemos dar prioridad a los “órganos limpiadores”: el hígado y los riñones.
II.
Está comprobado científicamente que cuando el hígado y los riñones están “sucios”, la salud se ve afectada por complicaciones como las que reseña el Dr. Felipe M. Miller en su e-boletin “Tener Salud”: Contaminación con metales pesados; Problemas de digestión; Sobrepeso; Fatiga y falta de energía; Envejecimiento prematuro; incluso más graves como los contaminantes que provocan mutaciones genéticas que aumentan el riesgo de cáncer.
Hasta hace apenas unos 50 años, en Nuestra América , las matronas mantenían una disciplina estricta basada en beber mucha agua pura y filtrada en piedra, ayuno de vez en cuando y uso de algunas plantas medicinales, con la finalidad de mantener “a punto”, tanto al hígado como a los riñones. Pero esa buena práctica fue eliminada por el modernismo.
Como puede apreciarse los elementos para desintoxicarse siguen siendo abundantes y de bajo costo, solo se requiere conciencia, voluntad y disciplina para desintoxicarse.
III.
Es importante conocer a los enemigos del hígado y como se manifiesta su problemática.
En síntesis, se dice que los principales enemigos del hígado son: mala alimentación, sobreexposición a tóxicos (como el alcohol), virus (hepatitis C y B), anomalías genéticas, desórdenes metabólicos y cáncer.
Cuando el hígado tiene problemas se presentan los siguientes síntomas: fatiga, desórdenes renales, desórdenes sexuales, ictericia, aumento del volumen del abdomen, edema.
El hígado necesita desintoxicarse rutinariamente por su trabajo regular y extraordinariamente si: a) Toma medicamentos antiinflamatorios; b) ha sufrido hepatitis y c) los análisis de sangre revelan un mal funcionamiento de este órgano.
La fitoterapia para proteger y sanar el hígado, a nivel mundial recomienda el cardo mariano (Silybum marianum) y a nivel de Venezuela, el Cadillo de Perro.
En cuanto a los riñones, el mayor problema son los cristales que se forman cuando se filtra la sangre, que en lugar de ser eliminados en la orina, como consecuencia de no beber suficiente agua, se convierten en pequeñas piedras y obstruyen los uréteres, provocando cólicos nefríticos.
Para el buen funcionamiento de los riñones y disolver los cálculos renales en su etapa de formación, a nivel mundial se asume el comino negro (Nigella sativa) y en Venezuela, el Perejil.
Es importante acotar que la frecuencia, duración y dosis para una desintoxicación profunda siempre van a depender de la condición integral de la persona.
Alexis Adarfio Marín
aadarfio@hotmail.com