Sociólogos en extinción

Recién me enteré que en el proceso de recepción de nuevos ingresos en la Escuela de Sociología de la Universidad del Zulia, solo se habían inscrito tres jóvenes. El dato fue confirmado por otra colega que es docente en la Escuela, mediante un grupo de WhatsApp de sociólogos y sociólogas de soy parte y donde constate que la información no llamo la atención. A fecha desconozco el número total de nuevos ingresos, pero presumo que no aumento mucho. Lo referido considero que ameritan algunas breves y provocadoras reflexiones que van desde una posible explicación de la situación, la sociología como ciencia y su aporte a la sociedad, así como el papel de la disciplina y el oficio sociólogo en la Venezuela contemporánea, además de otros aspectos.

Me viene a la mente, primeramente, mi ingreso a la Escuela de Sociología a finales del siglo pasado. Fui uno de los escasos solicitantes que coloco Sociología como primera opción y con la plena convicción de finalizar. Originalmente quise cursar antropología, pero esta opción estaba negada para mí, dado que solo estaba disponible en la Universidad Central de Venezuela (es pertinente apuntar que en ese momento los estudiantes de sociología y antropología cursaban materias hasta el segundo o tercer año). Era costumbre que nuestra escuela fundada a mitad de la década de los setenta, fuera utilizada como "puente" para las carreras de mayor demanda en la Facultad de Ciencias Sociales y de Ciencias Jurídicas. En el transcurso de mi escolaridad conviví con muchos compañeros y compañeras que "enamoraron de la carrera" y que se quedaron hasta el final, así como aquellos que obstinados terminaron como abogados, economistas, contadores, hasta ingenieros. Así que tampoco nuestra escuela no fue históricamente la más popular, pero mantenía su mínimo por así decirlo.

Lo que ocurre en nuestra escuela en relación a la baja matricula, (y digo nuestra escuela porque es y será nuestra Alma Mater) es una expresión de la situación nacional. Donde la Universidad están en crisis, por múltiples razones, unas endógenas (la manera como se concibe y actúa, entre otros aspectos que son un debate intenso y conflictivo entre los actores sociales que hacen vida en ella), así como por la ruptura con la tradicional relación con el Estado, a lo que se le suma un aspecto a mi juicio determinante: la devaluación de la idea del trabajo como fuente de progreso. Idea que contribuyó a la construcción de una "Clase media" en nuestro país. En este contexto a nuestros jóvenes y a nuestras jóvenes no les he es atractivo asumir parte de su tiempo en estudios, que una vez culminados no proporcionaran un empleo con una remuneración suficiente para vivir dignamente, además que las condiciones para ejercer el oficio se precarizan. En contraparte su proceso de socialización se da en un contexto donde prevalece la aspiración de la riqueza súbita, y los protagonistas de este relato son quienes se dedican al comercio legal o ilegal (y especulando fundamentalmente) y logran ingresos exorbitantes y sus condiciones materiales de vida son relativamente superiores. Digamos que estos protagonistas, posiblemente no están satisfecho con desempeño, pero lo compensa la abundante, aunque efímera base material. Así pues, que a la no muy popular o atractiva Escuela de Sociología se le adiciona la crisis universitaria y la devaluación de la idea del trabajo como base de progreso en la sociedad venezolana.

Se ha convenido que la sociología es una ciencia y que su objeto de estudio son las relaciones sociales. En función de ello se han construido un conjunto de teorías y de metodologías a lo largo de casi dos siglos. Intensos debates de han dado desde y entre los precursores de la ciencia, hasta los más recientes referentes de nuestra disciplina. Quizás ese sea uno de los signos de nuestro oficio, siempre es posible tener una mirada alternativa de una realidad social por definición poliédrica, lo que parece ser un buen antídoto contra el determinismo. La sociología en su desarrollo se ha incorporado en estudios interdisciplinarios y transdiciplinarios. Lo permite una mayor interacción para la comprensión de las realidades sociales que aborda.

La sociología es una ciencia incomoda, puesto ha problematizado aspectos vida social como el poder, el orden, el desarrollo y los resultados no son neutros socialmente como lo considera Bernard Lahire. De allí que es recurrente la el cuestionamiento ¿Para qué sirve la sociología? Además de mostrar a los reyes y a los reinos desnudos. Pues esas lecturas científicas sociológicas son insumos para el impulso de los cambios sociales por un lado y por otro las sociologías especializadas han desarrollado aportes significativos, por ejemplo: del trabajo, de la salud, de las organizaciones, del conocimiento, de la comunicación, del derecho, de la educación, del deporte, entre otros.

Visto lo anterior la sociología, como ciencia es fundamental para problematizar situación en la que se encuentra Venezuela. Asuntos como el poder, orden, democracia, políticas públicas, participación, entre otros son temas de urgente abordaje. Y pareciera que desde los que ejercemos el oficio hay una deuda pendiente. Observo que hay sociólogos o sociólogas opinando más sobre sus posturas políticas, cosa que no es cuestionable en sí mismo; pero se esperaría que se aporten más elementos para comprender la realidad a partir o en base a estudios sociológicos.

El hecho que tengamos muchos sociólogos o sociólogas, no significa que tengamos más estudios sobre sociología. En la administración pública y en el sector privado (con fines de lucro o no) se encuentra un contingente de colegas, desempeñando en tareas muy distantes del oficio, o cuando se hace existe una instrumentalización del oficio.

Los sociólogos y de las sociólogas en nuestro país nos caracteriza la atomización. No hay construcción de redes y relaciones como gremio. Ciertamente la construcción de redes científicas ayuda a la construcción y difusión del conocimiento sociológico, pero eso solo una dimensión pues la acción gremial contribuye a mejorar las condiciones de para ejercer el oficio y de quienes ejercen el oficio. Al finalizar mis estudios me afilie al Colegio de Sociólogos y Antropólogos del Estado Zulia, poco después pague mi cuota para obtener una solvencia, pero al igual que muchos no tengo una vida gremial en mis casi dos décadas de oficio.

¿Están en extinción los sociólogos y las sociólogas en Venezuela? No. Es un momento de contracción, que se mantendrá si quienes somos del oficio no hacemos nada. Y esa acción necesariamente pasa por ser colectiva, en consecuencia será conflictiva en si misma y con otros para poder alterar el orden de cosas actual.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2593 veces.



Jesús Alberto Rondón

Sociólogo. Se desempeña como Facilitador en el Inpsasel, ha sido electo Delegado de Prevención (2011-2013 y 2013-2015) y es Vice-Presidente del Consejo de Vigilancia de la Caja de Ahorros de los Trabajadores y Trabajadoras del Inpsasel (2.011).

 jesusalbertorondon@gmail.com      @JesusRondonVen

Visite el perfil de Jesús Alberto Rondón para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Jesús Alberto Rondón

Jesús Alberto Rondón

Más artículos de este autor