En el día del libro: La biblioteca de un médico

1

De acuerdo a Ricardo Archila, G. Trompiz era un médico de inmensa cultura que escribió libros que revisten interés científico, literario y filosófico. Practicó la medicina humanística, como parte del arte médico y de la medicina científica. Todas las anteriores son ramas de la medicina del hombre o medicina filosófica.

2

Sobre la biblioteca de un médico Trompiz escribe: "… para entrarle a los filósofos de alta complejidad, hay que preparase primero leyendo en el silencio y la meditación a quienes han sabido entenderlos y han publicado sobre ellos trabajos admirables. Para entender a Zubiri, Heidegger, Jasper, siempre será, pues, necesario beber en las fuentes de López Ibor, Rof Carballo, Sarró, P. Gómez Bosque, F .Arasa , Biswanger, Boss, etc. Es de recomendar desde ahora, que, así como el médico que empieza debe llevar una libreta sobre los casos raros y tratamientos especiales e ideas que van surgiendo en él a medida que trabaja , para más tarde sacar conclusiones de interés, también debe acostumbrase a ir haciendo una biblioteca selecta de autores de las nuevas tendencias de la medicina…"

3

Luego Trompiz nos explica cómo el médico debe organizar su biblioteca: "…dividir su estantería, colocada en el más silencioso rincón del hogar, por humilde que sea, en varios sectores: uno, para libros de clínica, sólo los indispensables para su rutina y los más importantes para consultar y , a su lado, las revistas de su predilección en el mismo sentido y coger dos horas diarias, preferible las del amanecer , para documentarse en ellos. Entre estos recomiendo las obras de Jiménez Díaz, L.F. Pallardo, Fernández Cruz, Pedro Pons, Moguer Molins, etc., entre los españoles; Bauer, Mathes, Pette, Bock, Von Bergman, etc., entre los teutones; Harrison, Cecil, Levine, Pickering, entre los anglosajones; Bikoww, Platonoff, Speransky, entre los soviéticos; Delay, Abrami, Guillain, entre los franceses, etc., Pende, Scopinaro, Furgón, entre los italianos.

4

Otro sector para libros de interés subjetivo y revistas afines para dedicar, por semana, tres o cuatro horas, mejor nocturnas, leyéndolos a profundidad. Entre estos están las obras de López Ibor, Rof Carballo, F. Arasa, Laín Entralgo, Cavaleiro Goas, Gómez Bosque, entre los españoles; W. Álvarez, Wolf Alexander, entre los norteamericanos; W. Frankl, W.V Weizsaecker, entre los germanos; Honorio Delgado, Alberto Seguin, entre los peruanos; Florencio Escardó, Da Silva Mello, Autragesilo, entre los argentinos y brasileños , etc., etc.

5

Y un tercer sector para miscelánea literaria que nunca debe faltar en un hombre que tiende cada día a ser universal y polifacético, y estos libros leerlos en momentos robados a su trabajo. Entrar en este recinto será para él su mejor hobby de donde nunca saldrá desilusionado; sino con nuevas ideas e inspiraciones. "Sólo así , los médicos, además de ser humanos, sencillos y modestos en su actuación profesional y hospitalaria, serán miembros de una élite intelectual , pero sin pujos de supersabios".

6

Notamos en las recomendaciones del Dr. Trompiz que la biblioteca debe tener diferentes divisiones que corresponden a distintos tipos de libros como los médicos, los filosóficos y los de cultura general. Por otro lado, la tendencia a mantenerse en contacto con el pensamiento universal, a través de autores extranjeros, es obvia por el catálogo que reseña. Pero también Trompiz aconseja leer libros intrascendentes dedicados al detectivismo, seguramente para variar y no tomarlo todo tan seriamente .Queda claro que la biblioteca es un sitio acogedor, propicio para la lectura y la reflexión. Miguel de Unamuno reflejó ese aposento y su función en dos poemas. Citamos algunos versos de los mismos:

I

ES DE NOCHE EN MI ESTUDIO

Aquí, de noche, sólo, este es mi estudio;

los libros callan;

mi lámpara de aceite

baña en lumbre de paz estas cuartillas,

lumbre cual de sagrario; los libros callan;

de los poetas, pensadores, doctos,

los espíritus duermen;

y ellos es como si en torno me rondase

cautelosa la muerte.

II

LEER, LEER, LEER LA VIDA.

Leer, leer, leer, vivir la vida

que otros soñaron.

Leer, leer, leer el alma olvida

las cosas que pasaron.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2276 veces.



Edgardo Malaspina

Médico. PhD en Medicina. Docente universitario y poeta.

 edgardomalaspina@gmail.com

Visite el perfil de Edgardo Malaspina para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: