El Sistema Solar sigue sorprendiéndonos día tras día y su presencia en cuanto a dominio y expansión va mucho más allá de lo que creíamos.
Y es que, a mucha distancia de Neptuno y el Cinturón de Kuiper se encuentra la Nube de Oort, una región que podría marcar con exactitud el límite más lejano que se ha descubierto hasta el momento en el Sistema Solar.
La Nube de Oort se encuentra a unas 9,3 billones de millas de distancia.
Esta región está compuesta por decenas de objetos helados que no notan apenas la gravitación del Sol.
Los expertos han definido esta zona como "un gran conjunto de cuerpos que flotan por sí mismos y al azar". Sin embargo, un estudio del Southwest Research Institute, ha revelado que puede haber algo en su estructura que no conocíamos hasta ahora.
Esta región está dividida en dos zonas: una capa exterior esférica a unas 10.000 unidades astronómicas (UA) del Sol, y una interior más compacta, a partir de las 1.000 UA.
La parte de fuera es más vulnerable ante las estrellas cercanas, al mismo tiempo que la interna es más estable por la atracción gravitatoria del Sol.
Además, el estudio liderado por David Nesvorný del Southwest Research Institute, ha sacado a la luz que la Nube de Oort tiene en su interior una estructura en forma de espiral de unas 15.000 UA de longitud o unos 2,2 billones de kilómetros de extremo a extremo, habiendo también un remolino en su interior.
Esta espiral podría haberse formado en las primeras etapas, habiéndose moldeado por la atracción gravitacional de la galaxia y conservándose con el paso del tiempo.
Además, también podría tener una inclinación de unos 30 grados con respecto al plano habitual de nuestro Sistema Solar.
Este descubrimiento ha hecho que los expertos concluyan que el Sistema Solar y la Vía Láctea interactúan de una forma mucho más compleja de lo que se creía.
De esta manera, la Nube de Oort podría esconder en su interior una estructura en espiral que se haya mantenido intacta durante millones de años, siendo perfectamente algo que cambie la historia y todo lo que conocemos de nuestro alrededor en el espacio.bre de
rEste descubrimiento es una colaboración entre la misión New Horizons de la NASA y el telescopio Subaru, operado por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón, ha permitido identificar varios asteroides más allá de los límites del cinturón de Kuiper.
Más allá de la órbita de Neptuno, el planeta más remoto del Sistema Solar, existe una zona conocida como cinturón de Kuiper, rica en restos de la formación de planetas, a saber, asteroides y otros pequeños objetos celestes.
Hasta ahora, se pensaba que este cinturón se extendía aproximadamente entre 30 y 55 unidades astronómicas de distancia del Sol (una unidad astronómica corresponde a la distancia entre la Tierra y el Sol). Sin embargo, dos nuevos estudios publicados en Planetary Science Journal y actualmente disponibles en arXiv en forma de preprint, parecen indicar que el cinturón de Kuiper se extiende mucho más allá de esta distancia.
Por el contrario, parece que el cinturón tiene una estructura diferente a la supuesta hasta ahora y que, en realidad, está formado por dos zonas concéntricas ricas en asteroides, separadas por una zona despejada, o casi, de cuerpos celestes.
Una estructura que recuerda a las "periferias" de muchos sistemas planetarios nacientes.
Estas observaciones son fruto de la colaboración entre la misión New Horizons de la NASA y el telescopio Subaru, operado por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ).
A lo largo de los años, el Telescopio Subaru, situado en Hawái, ha realizado observaciones del Sistema Solar exterior para apoyar el trabajo de la nave New Horizons, la primera diseñada para recoger datos sobre asteroides del Cinturón de Kuiper a su paso por él.
Básicamente, gracias a su cámara de gran campo, el telescopio Subaro realiza una especie de criba de los objetos del cinturón, para seleccionar sólo un cierto número de asteroides y otros objetos celestes de interés que la sonda New Horizons observará después de cerca.
Gracias a esta fructífera colaboración, que comenzó en 2004, ya se han descubierto 263 de los llamados "objetos del cinturón de Kuiper", 11 de los cuales se encuentran más allá del límite hasta ahora aceptado del cinturón de Kuiper. Estudios anteriores ya habían recogido pistas sobre la posible existencia de objetos más allá del límite exterior del cinturón de Kuiper, pero, según explican los autores, ésta es la primera vez que se detecta un número tan elevado de objetos celestes "fuera de lugar" en un área de búsqueda relativamente pequeña.
Es decir, resulta difícil pensar que se trata simplemente de casos aislados o de falsos positivos.
Por el contrario, la hipótesis es que estos fragmentos orbitan alrededor del Sol dentro de un segundo "anillo", separado del ya conocido por una especie de "agujero" en el que se han detectado muy pocos asteroides.
'Si esto se confirma, sería un descubrimiento importante', comenta Fumi Yoshida, coautor de uno de los dos estudios.
Según esta hipótesis, prosigue el investigador, la nebulosa solar primigenia, es decir, la "nube" de gas y polvo de la que se originó el Sistema Solar, debió ser mucho mayor de lo que se pensaba y esto podría tener implicaciones para el estudio del proceso de formación de planetas.
"El cinturón de Kuiper de nuestro Sistema Solar ha parecido durante mucho tiempo muy pequeño en comparación con el de muchos otros sistemas planetarios, pero nuestros resultados sugieren que esta idea puede haber surgido únicamente de un error de observación", añade Wes Fraser, autor principal de uno de los dos estudios."Nuestras observaciones con el telescopio Subaru", concluye, "llegaron hasta los límites de detección más débiles y encontraron una masa significativa del cinturón de Kuiper a una distancia del Sol entre 70 y 90 veces la de la Tierra.
Así que quizás, si se confirma este resultado, nuestro cinturón de Kuiper no sea tan pequeño e inusual comparado con los que rodean otras estrellas".
NO SE DEBE SER DÉBIL, SI SE QUIERE SER LIBRE