Ni siquiera el negocio petrolero da tanto. Porque para extraer petróleo se requieren grandes inversiones, contratar empresas multimillonarias y mantener a un tren de trabajadores especializados muy grande; pero en cambio para robar por internet o por televisión lo que hacen falta son pendejos por montones, engañados, ilusionados y que tengan unos churupitos para gastarlos en lo que sea. Y ha sido así como los grandes tracaleros gringos inventaron el negocio del siglo: las ventas por Internet y por televisión. Cientos de horas de televisión dedicadas exclusivamente a vender aparatos (y que probados por la NASA) que hacen crecer el pelo, zapatos que aumentan la altura de los enanos (plataformas que provocan daños en el cerebro), lentes muy bellos (también de la NASA) para ver el sol y la luna a cualquier hora con luces muy bellas, lapiceros que escriben hasta en el agua (más mentiras), menjunjes para adelgazar y volver carajitas a viejas sesentonas (las cobas más insólitas y que sólo provocan terribles enfermedades), dispositivos para escuchar conversaciones ajenas (cuando lo que uno realmente necesita es el silencio), bombillos ambulantes con cadenitas encendedoras (cuando puedes comprarte una simple linterna) …
No se diga la gran estafa por ventas por Internet de donde le han sacado a la Nación (a través de CADIVI) centenares de millones de dólares para recibir a cambio harta mierda. Miles de BlackBerry, cámaras digitales, laptos,… que han sido pura chatarra, y además sin posibilidad alguna de reclamar servicio ni garantía alguna.
Recientemente, un grupo de profesores de la ULA, con grandes sacrificios, compramos un sitio Web para colocar ENSARTAOS.COM a la empresa norteamericana fastdomain.com; resulta que hakearon el sitio en EE UU y desde hace varios días la empresa se hace la loca y no responde a nuestras quejas. Percibimos que hay algo muy raro: que nos dejaron funcionar sólo unos pocos días para luego dejarnos colgados. Sencillamente los hijos de puta de esta empresa se desentienden y mandan al diablo a sus víctimas, y no hay a quien reclamar nada.
Pero estas estafas, lo estamos comprobando, son masivas. Por todos lados uno escucha queja de cualquier tipo, y cae en la cuenta de la dimensión bestial de estos robos que deben ser incuantificables; robos a los que el gobierno debería meterle la lupa porque es la manera más vil y degenerada de sacarle con ganzúa las divisas a nuestro Estado.
Es un problema ya de dignidad nacional.
jsantroz@gmail.com