Si algo ha recuperado esta revolución bolivariana es la memoria histórica, son nuestros referentes patrios. Tenemos dónde volcar la mirada. Todo ese pasado glorioso que el megaimperio ha intentado destruir a lo largo de los siglos en toda América Latina, en aras de crear pueblos sin historia, sin cultura y sin memoria, ha renacido. Los apátridas quieren que por medio del calco, de la mimesis, nuestros pueblos se adhieran a la bandera de las barras y las estrellas, sin ningún prurito.
Pueblos sin conciencia, eso es lo que han fomentado los ideólogos de la sociedad estadounidense. Siempre han pretendido diluir nuestras raíces y que nuestra verdadera historia se difumine: un pueblo sin memoria y sin conciencia es fácilmente manipulable y manejable. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, con la presencia de los otros capitales europeos por estas tierras, las viejas metrópolis son sustituidas y se vende la idea de que ya la independencia ha sigo lograda.
Por eso es que héroes y heroínas de la historia latinoamericana fueron reducidos a piezas de museo, cosificadas, haciéndose mención de ellas en algunas fechas patrias, sin mayor alarde. Son parte del pasado y enterradas están, o petrificadas en los mausoleos. No pertenecen al presente. No hay que escarbar mucho en aquellos pasajes "superados" por los historiadores de la postmodernidad que tanto nos acercó a las nuevas metrópolis.
5 de julio de 2010, un nuevo aniversario de nuestra declaratoria de Independencia estremece al país. Por qué el estremecimiento? ¡Manuela vuelve! El traslado de los restos simbólicos de Manuelita Sáenz al Panteón Nacional. Nada más y nada menos. Esto bastó para que las Academias se crisparan. Las estatuas cobraron vida. Esto no se puede permitir. Los "preclaros" académicos despertaron y se pronunciaron pero con frases dignas de un estudio semiológico.
Un reputado académico no encontró más términos. La desazón lo invadió. "Desatinos, desatinos". Profirió cualquier cantidad de acusaciones: "Chávez quiere revolucionar el culto bolivariano y reescribir el pasado". Calificó: "puede tratarse de una posible Misión Santería"; y agregó, se pretende transformar la conciencia histórica del país con un "fetiche atractivo" y con una "liturgia patriotera".
Periodista / Prof. universitaria