Sin iniciativa histórica el imperialismo norteamericano intenta relanzar su dominación global

Estrategia de “Amplio Espectro” sustituye a “Plan patriota”

A partir del momento en que las élites de poder norteamericanas adoptaron el enfoque de dominación imperialista del llamado “Espacio vital”, a partir de la segunda década del siglo XX, sus “tanques de ideas” intelectuales y académicos de derecha comenzaron a formular sus estrategias para tal fin, entre las más tristemente célebres destacan las resumidas en odiosas expresiones, sobre todo para los países víctimas letales de su aplicación, como “la política del gran garrote o big stick”, la del “el garrote y la zanahoria”, la “pax americana”, “el siglo americano”, “`plan patriota”, cada una con el particular estilo del partido de gobierno, demócrata o republicano, que esté de inquilino en la Casa Blanca



Por

En estas últimas semanas ha sido el comandante Fidel Castro quien ha popularizado, con sus continuas advertencias sobre un inminente ataque militar a Irán, lo que sería la nueva geopolítica norteamericana para los próximos tiempos, inaugurada justamente con el arribo del afronorteamericano de origen musulmán, Barak Obama, contenida como siempre en un eufemístico término que recuerda aquel de “daños colaterales” de la época de papa Bush: “Acciones de Amplio Espectro”, de sello evidentemente pentagonista.

Cabe destacar que el análisis situacional, la planificación a corto, mediano y largo plazo de las élites de poder norteamericano wash-sionista -término que sintetiza la añeja alianza entre los poderes económicos hebreos y blancos protestantes supremacistas-, ha sido una constante abarcadora de los campos economico, militar, jurídico, ideológico, cultural, comunicacional y político. No tiene que ser diferente en la actual coyuntura internacional. Es en el marco de esta dinámica que vemos cómo a través del tiempo surgen discursos no sólo justificadores sino además simplificadores de la complejidad sociopolítica mundial, siendo los más recientes, al menos en el campo literario, el sostenido en libros como el del japonés Francis Fukuyama, “El fin de la historia”, y “Y el choque de Civilizaciones” del también norteamericano Samuel Huntington. En resumidas cuentas el viejo cuento aquel de Holywood: el vaquero bueno contra el indio malo.

Una síntesis dialéctica

Hoy, necesarios es reconocerlo y mejor aún aprender de ello, el imperialismo norteamericano no deja cabo suelto cuando de fortalecer su condición de potencia hegemónica se trata; , o como en la coyuntura actual, relanzarla, aunque todo indica que tal relanzamiento lo encuentra en estado de decadencia en todos los órdenes, y venida a menos, sobre todo a partir la era Bush hijo- Cheney-Rumsfield, caracterizada precisamente por prejuiciadas, cuando no interesadas visiones de control omnímodo sobre esos considerados sus “espacios vitales”. Allí queda no solo la gran mentira de las “armas de destrucción masiva” en Irak, sino lo que es peor aun: un país desvastado por una injustificable guerra cuyo único fin fue apropiarse a la fuerza de las riquezas petroleras del país árabe.

Sí, Aprender. No otra cosa es lo que representa y se intenta hoy desde los espacios de integración económico-sociopolíticos - y todo indica que en futuro no lejano también abarcará lo militar- como Unasur, la ALBA y PetroCaribe. Sobre todo, ante las negras perspectivas que se abren en el horizonte latinoamericano-caribeño por los primeros y graves indicios de que estas élites wash-israelitas vienen de nuevo a recuperar su “botín”, a decir de la cada vez mayor militarización norteamericana de nuestra continente, y que no pocos analistas coinciden en catalogarlo como un cerco contra los países latinoamericanos y caribeños que hoy ejercen su soberanía plena, y mejor aún agrupados en bloques grannacionales, entre estos Venezuela, el país con las primeras reservas petroleras del mundo, como ha sido certificado recientemente por la Organización de Países Exportadores de Petróleo.

Sólo que como también es cada vez más evidente, el “cambio de época” del que habla el presidente Rafael Correa, particularmente en nuestras tierras suramericanas, se viene expresando con una fuerza y una claridad de objetivos inusitados, resultado talvez de una síntesis dialéctica de experiencias nacionales y regionales de resistencia antiimperialista organizada, y contra las nefastas políticas económicas empobrecedoras aplicadas por las clases dominantes y sus partidos títeres de derecha y socialdemócratas, por igual, seducidos como fueron todos por el enfoque capitalista neoliberal.

Con la iniciativa histórica

Sus “patners” de Norteamérica y Europa les ofrecieron, que si querían salvar sus “pingües” ganancias en el marco de la economía globalizada, o mejor dicho sus migajas, ante un intercambió comercial que a la postre devino en la destrucción del aparato productivo nacional y de la agricultura nacional consecuencia del embate de las importaciones de sus excedentes, y que contrario a lo ofrecido vía dizque “la libre competencia” y “la mano invisible del mercado”, no nos sacó de la condición de meros países exportadores de materia prima que aquellos mismos nos impusieron desde principios del Siglo XX.

Sólo que, mientras las élites de poder apátridas se refolcigaban en lo que fue el festín neoliberal –privatizaciones de por medio- , las víctimas del neoliberalismo se harían visibles con masivos y sorpresivos estallidos de descontento social, al principio desorientados políticamente; e incluso, como en nuestro país, con insurgencias de militares nacionalistas, pero que con el transcurrir de la primera década del Siglo XXI ha venido a constituirse en un poderoso y diverso movimiento social organizado, e incluso con nuevos partidos políticos, como en el caso del Psuv en Venezuela y el MAS de Bolivia, cuyos liderazgos individuales y colectivos tienen hoy la iniciativa histórica en sus manos.

Y que se concreta en un ejercicio verdaderamente democrático del poder, frente a la anquilosada visión de las burguesías y oligarquías, que como bien lo hizo ver Lenín en su oportunidad, se coaligan internacionalmente a la hora de que sus intereses y privilegios de clase, asociados con la dominación económica, peligran.

No otra cosa parece ser lo que sucede en diferentes regiones del mundo hoy, pero en particular en Latinoamérica y en Irán, donde el imperialismo norteamericano y sus lacayos al interior de cada país –las oligarquías-, enfrentan el más serio desafío a su antihistórica hegemonía económica, política y militar.

Desafío que en esta primera década, si bien ha logrado acumular fuerzas en el marco del ejercicio más transparente y amplio de las libertades democráticas y el respeto a los derechos humanos que conozca país alguno, y no obstante enfrentar por igual una poderosa guerra mediática global – preámbulo de una agresión militar-, hoy exige de sus actores individuales y colectivos evaluar seriamente la imperiosa necesidad de crear mecanismos de persuasión mas efectivos contra cualquier plan de agresión militar extracontinental e imperialista, del cual el Consejo de Defensa de Sur viene a ser la iniciativa más promisoria en la actual coyuntura.

* Integrante del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitaris (MoMAC)-Región Capital

mov.soc.mac@gmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2515 veces.



Carlos Machado Villanueva*

Integrante del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC).

 mov.soc.mac@gmail.com

Visite el perfil de Carlos Machado Villanueva para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: