Los últimos tiempos históricos estremecen los cimientos de la sociedad latinoamericana, Venezuela rasga el velo oculto de la historia con los nos ocultaron la verdadera realidad, de la verdadera historia, la historia de los y las honestas.
Se confabulan en obscuros sótanos para salvaguardar los intereses imperiales los: Insulza, los Uribes, los Santos, Hoyos, Alán García, el Cardenal y el coro de algunos obispos y demás especies de fétido celaje, además la Mesa de la Unidad Democrática, medios de comunicación de la oligarquía y sus operadores periodísticos, allá aquellos que pasaran al sumidero de la traición, todos!, todos resentidos porque el pueblo de Simón Bolívar, ya distingue, tiene distinciones, ya ha aprendido hablar por si mismo y con la frente en alto.
Los macabros planes imperiales quedan aún más en evidencia, toda una articulación de proporciones descomunales donde la industria pentagonista y de la CIA, cuna y cerebro de la conspiración internacional, buscan para el caso, lograr su propósito, sustraer el luminoso proceso revolucionario bolivariano de la historia, de la nueva historia.
La industria conspirativa internacional y nacional ensaya disímiles procedimientos con asesoría de factura gringa, conjugan todas las técnicas habidas y por haber con el expreso interés de quebrar el perfil psicológico de nuestro pueblo y truncar el filigranado espacio que estamos tejiendo en nuestro hidalgo proceso histórico.
El dilema está planteado que mientras los oficiantes de la geopolítica de la sumisión quieren por intermedio de la economía o por intermedio de la bota militar la sujeción o rendición del proceso de nuestra segunda independencia latinoamericana, pero a pesar de ello, desde las fuerzas telúrica del pueblo se viene buscando el hilo histórico para poder avanzar y legar una patria digna y altruista a la posteridad a nuestros pueblos y que esté al servicio de la humanidad.
Mientras los imperialistas y proimperialistas hablan de muertes, nosotros hablamos de la vida.
Mientras los imperialistas y proimperialistas hablan de los ricos y su acumulación de riquezas y de personalidades dizque famosas, nosotros hablamos de nuestras glorias patrias, así como de las manos de aborígenes, de los campesinos, de trabajadores y de los obreros y hasta de sus sueños.
Mientras los imperialistas y proimperialistas hablan de áreas de dominación e influencia, nosotros hablamos de patrias hermanas, de pueblos hermanos.
Mientras los imperialistas y proimperialistas hablan de los Tratados de Libre Comercio y de demás hierbas venenosas, nosotros hablamos de complementariedad y superación de las asimetrías dejadas por el saqueo colonial y capitalista – imperialista.
Mientras los imperialistas y proimperialistas van a las Escuelas Militares gringas para aprender los cursos intensivos de cómo matar, torturar, engañar, con los Posadas Carriles y Chávez Abarca, nosotros vamos a la Misiones.
Mientras los imperialistas y proimperialistas mandan a los latinos y a los afrodescendientes a la guerra, nosotros vamos con nuestros soldados a lavar la enlodada bandera nacional que heredamos.
Mientras los imperialistas van a buscar sus alucinaciones narcóticas con el dólar, nosotros vamos a buscar los huesos de nuestras glorias patrias para lavarla con la más cristalina agua de la esperanza.
Son pues dos proyectos, dos programas y como dice la Rosa de todos los tiempos, la Rosa Luxemburgo, estamos en presencia de dos ejes contrapuestos: la barbarie imperial capitalista o civilización con la humanización de la especie humana desintoxicada ya del perverso capitalismo y su cultura.
*Profesor y Periodista
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