Es común en los días conmemorativos al Padre de la patria, que en la plaza mayor de cada pueblo o ciudad se ofrendan flores, se oigan discursos y se coloquen coronas al pie de la estatua o busto del Libertador.
Para cada caso. los organizadores escogen un jefe de protocolo que comienza agradeciendo la presencia al acto, para luego leer el orden del día: Himno Nacional, condecoraciones, reconocimientos, saludos etc., y hablar un poco (bastante), sobre la fecha a conmemorar, dejando muy poco que decir al orador de orden.
Sucede, que mucho antes de que naciera Simoncito, los viejitos de la Caracas de entonces se acostumbraron a pasar las tardes sentados en la plaza (para entonces Mercado) contando cuentos, chismeando y piropeando a las damas que pasaban por el lugar. Entre cuentos, chismes y piropos, los viejitos conocieron físicamente a quien años más tarde sería el Libertador Simón Bolívar.
Más acá de aquel entonces, los viejitos cuentacuentos fueron testigos de cualquier cantidad de discursos y ofrendas a Bolívar; politiqueros, apátridas y traidores (Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez, Rafael Caldera, Luis Herrera Campin, y el clero) se desgañitaron hablando con tanta propiedad sobre Simón Bolívar que hasta lo describían físicamente como un hombre alto, ojos azules, pelo liso, fornido y de esbelta figura. Los viejitos, sorprendidos ante lo dicho se ven las caras unos con otros y ríen con tal disimulo que no dejan ver sus encías desdentadas… Y pensar –dicen en silencio- que bolívar era pequeño, pelo churrusco, delgadito y pà mas ñapa feo.
Viene a colación el tema en momentos cuando se recrea el cráneo del libertador para dar con la figura virtual más acorde a su verdadero rostro.
Reflexiones: Si la oposición apátrida, y los pseudo intelectuales e historiadores han dicho las estupideces más estúpidas (valga la redundancia), por la exhumación los restos del Padre de la Patria, lo menos que podemos pedir a quienes tienen en sus manos la tarea de recrear el rostro de Bolívar, es que dejen el prejuicio a un lado y que el rostro virtual sea lo más cercano posible al rostro que conocieron los viejitos desdentados ¡¡¡Cuidado!! con la tentación pequeñoburgués de una figura distinta con nariz y verruga como la de Chávez … porque así … ¿Quién los aguanta?
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