No es que sea una ofensa el calificativo que se le endilga en este artículo a los norteamericanos (gringos tarados), y que en el mismo saco haya que meter a todo el pueblo estadounidense, no, no es ese el leitmotiv. En esa nación hay un alto porcentaje de ciudadanos que –a decir verdad— son personas conscientes, con sobrada capacidad cognitiva, con poder de discernimiento, pensamiento crítico y elevado nivel de conciencia….
Ahora veamos por qué son tarados y de bajo nivel de conciencia…. Estos señores, casi en su mayoría, son borregos o algo así como zombis, lo que nos hace pensar que le malograron su cerebro y le implantaron un chips disociativo con el fin de dirigirlos, manejarlos, impartirles órdenes y manipularlos a conveniencia. Es decir, como sociedad dócil y abyecta aceptan a pie juntilla las mentiras, las noticias engañosas y los mensajes subliminales, que reciben a diario de las ultra poderosas usinas mediáticas de su país. Y otro ingrediente en el eslabón de este bombardeo orwelliano, lo reciben de las benditas encuestas que casi a diario se hacen con financiamiento del gobierno o de las grandes corporaciones privadas, con fines exprofeso.
En ellos se manifiesta con evidente profusión el síndrome del miedo. Y es por eso que el bipartidismo, valga decir el estatus quo de Demócratas y Republicanos, tiene tanta fuerza y tanto poder. Y es por eso que con el mayor desparpajo hacen de las suyas cada cuatro años, en un electorado de más de 100 millones de incautos votantes. De modo, que sin más ni más, ese aceitado bipartidismo se erige en dueño y señor –cada cuatro años— de la más sibilina dictadura seudo democrática, y ser catalogados como los perfectos engañadores de serpientes, como no ha habido otro en ningún otro lugar del planeta.
Es por eso que los aletargados ciudadanos “Tienen muy poca o nula concepción de que su mayor enemigo son ellos mismos”.
En la Alemania Nazi se utilizo el pretexto del “terror” para convertir a la gran mayoría de ciudadanos alemanes en informantes del gobierno, una práctica que no terminó con el fin de la Segunda Guerra Mundial sino que siguió en la Comunista Alemania Oriental al crear el Ministerio para la Seguridad del Estado (Stasi), una de las más grandes infiltraciones policíacas en la historia de una sociedad en que uno de cada 63 ciudadanos Alemanes Orientales colaboró como espía contra sus conciudadanos.
Por tanto, lo que los Nazis y la Stasi le habían hecho al pueblo Alemán palidece como virtual insignificancia si se compara con lo que los Estados Unidos le han hecho a sus ciudadanos desde 2001 (9/11 derribo de Torres Gemelas), pues casi todo ciudadano estadounidense se ha vuelto, en esencia, en espía a favor del gobierno, que más que nada los está espiando a ellos… y ¡ni siquiera se han enterado!
El pretexto del derribo de las Torres Gemelas después de 9/11 fue aplicar la Ley Patriota (que todavía nadie explica cómo es que estuvo lista para el voto del Congreso a unas cuantas horas de los ataques) y que, entre otras cosas, cambió la Ley de Comunicaciones Electrónicas Privadas de 1986 (ECPA) que permite a toda agencia del gobierno de los Estados Unidos, exigir a los proveedores de servicios de Internet y de teléfono que entregue datos de los consumidores que han sido guardados en sus servidores.
Desde 2001, los Estados Unidos han subsidiado a su industria de telefonía e Internet inalámbricos con billones de dólares del dinero del contribuyente (Casi $ 3 billones nada más en el año pasado 2009).
Desde 2006, todas las tarjetas de crédito y débito en los EE.UU., licencias de conducir, tarjetas de tránsito, tarjetas de identificación del gobierno, de escuelas, de hospitales y de compañías, pasaportes, etc., llevan todos incluidos chips RFID. Estos chips le permiten al gobierno, a la policía, a los vendedores y hasta a los delincuentes explorar su tarjeta de crédito rápidamente a su salida y permiten a las autoridades explorar su ID o pasaporte desde cierta distancia. Dentro de su teléfono celular estos chips permiten que se pueda monitorear su posición exacta de forma constante.
La única forma de no ser vigilado, espiado, monitoreado o ubicado es salir de su casa sin el teléfono, ya que ese aparatico lleva registro de los lugares adonde usted va- un registro (GPS) que el gobierno obtiene de su compañía telefónica”.
Total, los gringos son tan inconscientes y desapercibidos que viven bajo los designios de un gobierno dictatorial que los esclaviza, vigila, monitorea y controla, y tanto es esa docilidad y bajísimo su nivel de conciencia que, o son gafos o son masoquistas, y no se dan cuenta de que por la sola mención, aunque fuese en broma, de que podría usted dañar a un funcionario o una propiedad del gobierno, enfrenta usted –así como se subraya— prisión de por vida. “Solamente los tarados de espíritu y pobres de conciencia se subyugan a esta alienante esclavización”.
Tremenda similitud (¿?) la que existe con la democracia venezolana, que solo para poner un ejemplo… no es que no se cansen de bocear y decir por teléfono que hay que asesinar al presidente, sino, que para ñapa lo dicen abiertamente, sin el menor rubor y a sottovoce por medios escritos, televisivos, Twitter, Facebook… Y qué pasa… ¡no pasa nada! No hay dudas que hay: ¡tremenda similitud!
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