La peor de las estafas cometidas por imperio alguno, se consumó por los Estados Unidos de Norteamérica después de la II Guerra Mundial. Ya que como emisores de una poderosa moneda, el dólar, pudo ésta erigirse y dominar el sistema económico mundial por más de 50 años. Y porque fue, entre otras cosas, la divisa de poder en todos los continentes que promovió guerras, invasiones, dictaduras, golpes de estado, desestabilizó democracias, financió y fomento el cultivo y tráfico de drogas y la prostitución y trata de blancas, el comercio y tráfico de órganos humanos, fomentó el asesinato contra aquellos gobernantes que disentían y no comulgaban con su sistema y, fue además, la moneda indispensable que fijo las transacciones financieras a escala planetaria. Eso, por decir lo menos…
El dólar nació, según su diseño, como un papel moneda que exalta las cualidades de Moloch (Satanás) y paralelamente se incluye el nombre o la majestad de Dios (In God we Trust), en su diseño. Es decir, son por así compararlos, dos menciones o símbolos alusivos al demonio y a Dios, que por igual no se corresponden en nada. Es, a mi entender una gran ofensa a Dios, que se traduce en que desde que se elaboro este papel moneda se hizo con la aviesa intención de estar bien con Dios y con el diablo (pero con la diferencia que se exalta más al demonio).
Veamos, por curiosidad, unas pocas razones que pudieron contribuir a la decadencia y muerte lenta del dólar estadounidense… Si tomamos un billete de un dólar y miramos con mucha agudeza visual podremos encontrar en el ángulo superior derecho, a la derecha del Nº 1, un pequeño, diminuto, casi imperceptible búho… El Búho es el símbolo de los “Iluminati”, una deidad mesopotámica llamada Moloch, asociada a Satanás y a quien los banqueros y jerarcas mundiales rinden culto todos los años en el “Soto Bohemia”, de California, vestidos con las ropas del Ku Klux Klan…
Ahora, si le damos vuelta al billete la primera imagen que impresiona es esa pirámide con un ojo en su parte superior. La llamada “Pirámide con el Ojo que todo lo ve”, símbolo de la masonería y del dios egipcio “Horus”. En su parte inferior observamos la leyenda en latín “Novo Ordo Seclorum”, que traducido sería: “Nuevo Orden Mundial” y en inglés se dice “New World Order”… Arriba de la pirámide se leerá “Annuit Coeptus”, que significa “nuestra empresa es exitosa”, y en la base de la pirámide podemos encontrar escrito en números romanos el año 1776 (MDCCLXXVI), en concordancia con el año de la independencia de los Estados Unidos, pero…. también el año en que el sacerdote jesuita de origen judío, Adam Weishaupt, fundó la orden, Los Iluminati…
La pirámide posee 13 escalones, y este dato sería irrelevante si no notamos que en el sector derecho, ese águila, símbolo americano, posee en una de sus patas, igual cantidad de flechas (13) y … en su otra pata sostiene una rama con 13 hojas… También podemos encontrar 13 barras en el escudo que aparece en el pecho del águila. El número 13 aparece repetitivamente en los billetes de dólar, debido a que 13 es la cantidad de estados que se independizaron de Inglaterra, para formar lo que hoy conocemos como Estados Unidos, pero resulta que para los masones es el número de la transformación.
Y como final, el águila, este bello animal, pero que además de aparecer en los billetes de dólar, fue durante muchos años uno de los principales símbolos del nazismo.
Hoy, la fuerza imperial USA del otrora glorificado regente mundial, se precipita en caída libre hacia el vacío y hacia su propia destrucción. Esa poderosa divisa, el dólar, que signaba el falso orgullo de la nación norteamericana, se sustenta en nuestros días sobre un piso financiero falso y movedizo, que no le da al imperio el aval, credibilidad y suficiente soporte monetario, para seguirse manteniendo como moneda dura en el corro financiero mundial.
El dólar después de haber sido la moneda más extendida del mundo, ahora, en estos tiempos, no tiene donde caerse muerta… Y es lamentable que se haya perdido el rumbo de una poderosa nación –los Estados Unidos de Norteamérica— por culpa de una casta de ambiciosos gobernantes que hicieron posible que los antivalores se erigieran como buenos principios en esa nación.
Y es en eso en lo que se ha transformado el valor del dólar y su defenestrada fuerza y poder que, a falta de un piso monetario sin sustento ni paridad de su equivalente en oro, como reserva que la apuntale, solo hay que esperar de ella la extremaunción y su definitiva desaparición como moneda mundial.
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