Para dolor y pesar de algunos en Venezuela y en el mundo, la rebelión popular que se suscita en toda Arabia tiene un claro carácter anticapitalista. La crisis estructural del capitalismo ha cobrado sus primeras victimas. Tal como lo había advertido el padre de la Revolución Soviética, Vladimir Ilich, Lenin: "las cadena de la opresión burguesa, la revolución, siempre revienta por el eslabón mas débil". Los países de la periferia capitalista, dependientes económicamente de los llamados "centros desarrollados" hoy experimentan, indudablemente, una revolución; una chispa ha prendido la pradera llena de maleza seca, que se ha iniciado en Túnez y Egipto, y amenaza con extenderse por toda Arabia y Europa. Es tan grande la preocupación que expresa la canalla burguesía mundial que todos sus representantes hacen llamados para apagar el fuego.
Los gobiernos corruptos y dictatoriales de Arabia, particularmente el de Túnez, Yemen, Jordania, Arabia Saudita y Egipto han sido desde siempre files sirvientes y defensores de los intereses del imperialismo norteamericano y del sionismo internacional en la región. Hoy esas dictaduras tiemblan de pavor ante la valentía del pueblo árabe que ha despertado a su letargo y exige la salida y prisión de toda la elite gobernante.
El imperialismo y el sionismo temen el fin de su dominio sobre esa estratégica y rica región. La burguesía árabe teme perder su condición servil de los intereses foráneos. La burguesía venezolana teme el ejemplo que hoy regala el pueblo árabe.
La revolución árabe tiene un carácter claramente anticapitalista, porque ha sido motivada por las condiciones de pobreza, injusticia y las violaciones a los derechos humanos que la burguesía árabe, apoyada por occidente, ha ejercido por mucho tiempo contra el pueblo. El pueblo árabe cada día advierte más que la única forma de hacer realidad sus exigencias de justicia social y soberanía pasa por rescatar las banderas de Gamal Abdel Nasser: el genuino socialismo árabe y el panarabismo. Su dilema recuerda nuestra experiencia del 23 de Enero de 1958: su apaciguamiento y la falta de un liderazgo revolucionario y audaz significaría el fin de sus esperanzas.
Los revolucionarios tenemos confianza en que la dignidad árabe irrumpirá con una vanguardia que liderará el verdadero sendero de la revolución.
¡Burgueses del mundo, temblad!
basemtch@gmail.com