Libia entre rufianes

Los intereses imperiales no podían aguantar la tentación de ponerle la mano, de nuevo, al petróleo libio.

Ese petróleo es abundante y de excelente calidad. Petróleo liviano que se halla con cierta facilidad, al perforar pozos de mediana hondura. Un jamón.

Tal es la “poderosa” razón por la que los rufianes que gobiernan los países imperialistas se lanzaron a toda prisa sobre Libia.

No actuaron con tanta rapidez y agresividad en el Egipto de Mubarak ni en la Bahrein monárquica que sirve de base a las naves de guerra gringas que hoy acechan al pueblo del León del Desierto.

Resulta por lo menos insolente que los gobernantes más triviales, déspotas y corruptos del mundo, sean quienes decidan bombardear otros países, sólo para garantizarle los negocios a sus dueños, los capitales transnacionales que dominan el planeta.

¿Quién otorga esa potestad a los delincuentes que gobiernan Francia, Inglaterra, Italia y Estados Unidos?

Todo el odio de los pueblos debe volcarse contra estos sátrapas y las sociedades civiles de esos países imperialistas deben protestar con fuerza contra ese descaro criminal.

Se evidencia que no han aprendido nada de lo sucedido en Irak y Afganistán. Inician otra guerra como asistir a un juego de fútbol, con la misma insensatez que los hinchas fanatizados; o, tal vez, con la misma fruición con que el jugador de ajedrez derriba un alfil contrario.

Quedó también al descubierto el carácter inútil del sistema de Naciones Unidas, la dictadura imperial que rige el Consejo de Seguridad, y el servilismo de Estados con alma lacaya como el libanés y el colombiano; éste último en particular que desde su secular rendición al monroísmo, prestó su ridícula participación en la Guerra de Corea y cedió su territorio para una agresión a Venezuela.

Las fuerzas bolivarianas en todo el continente y nuestros amigos en todo el mundo debemos denunciar y rechazar esta violación flagrante de la soberanía de una nación libre y la vileza imperialista que azuza el conflicto interno para justificar la invasión asesina.

Nuestra consigna es el diálogo como vía para resolver los conflictos y el establecimiento de una paz duradera, con justicia social y respeto absoluto a la autodeterminación de los pueblos.

Haber impuesto una zona de exclusión aérea en un santiamén contra Libia, los mismos que se cruzaron de brazos cuando hace apenas dos años Israel bombardeaba a Gaza con armas prohibidas como el fósforo blanco, es la más clara prueba del cinismo y la hipocresía de un sistema internacional podrido.

Queda Venezuela con el aval moral de haber realizado la propuesta más pertinente y justa en la situación Libia, cuando nuestro Presidente convocó a una comisión internacional de verificación y mediación para buscar salidas a la crisis sin violar la soberanía nacional Libia y evitando la violencia; idea que sigue vigente y cobrará fuerza en la medida que se constate la ineficacia de la ilegítima acción armada imperialista.

Lo hemos advertido antes y lo ratificamos ahora, el imperialismo puede cambiar de piel, pero su esencia perversa es la misma, ambiciosa y destructora. Luchar contra esta aberración de nuestro tiempo es el deber ciudadano mundial.

*Constituyente de 1999

*Presidente de la Comisión Nacional de Refugiados

"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."
Simón Bolívar, El Libertador. Guayaquil 5 de agosto de 1829.


caciquenigale@yahoo.es


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Yldefonso Finol

Economista. Militante chavista. Poeta. Escritor. Ex constituyente. Cronista de Maracaibo

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