En la patria de Salvador Allende
se sintió super chévere: ahí gobierna uno de sus lacayos
(todo rico es lacayo del imperio). Anduvo fisgoneando, con su cara de
basquebolista de segunda, se paseaba por el prado ay que vaca
tan salada tolón, tolón. Usurpando con su nefasta presencia el lugar
donde murió un verdadero hombre y no un payaso como algunos
de los antecesores, volvió a repetir que “ no creo en la historia”.
Este escribiente piensa que Obama tiene terror a la historia para no
recordar a sus miles de hermanos esclavos asesinados, violados, despedazados,
por quienes ahora lo gobiernan, porque Obama no manda; lo hacen los
emporios, los fabricantes de bombas y cohetes, ametralladoras y sangre.
Ellos les indican cuando los depósitos están hasta la cima de armas:
“presidente hay que organizar una guerra en cualquier parte menos
en Europa, porque estamos saturados” y la macabra y maloliente
CIA busca lugares donde crearlas. Los agentes de la CIA no se bañan;
no tienen tiempo, huelen a perro caliente con cebolla.
Que el perfume de Obama se
haya volatizado por el palacio de La Moneda, es igualito a aquel
momento cuando el presidente Chávez desde la catacumba llamada OEA
dijo: “Huele a azufre”. Obama alabó a Piñera y a su séquito de
traidores incluyendo a la cipaya ex presidenta que dejó al mundo sensible
con la boca abierta con su mandato en pro de la burguesía chilena,
ella que se hizo llamar socialista e hija de un hombre al que los mantuanos
chilenos torturaron y mataron. Obama hijo de un kenyano de un
maltratado ofendido y vejado pueblo de donde los traficantes portugueses
sacaban hombres para venderlos por el mundo, trató de minimizar la
obra de Salvador Allende ante los medios que lo seguían, pero
una cosa es querer y otra poder. Su presencia fue un fiasco: nada cambió
más allá que aparecer como el gringo come chicle y bocón que anda
por ahí como un mismo huelepeo. Gringo go home!
Pero al igual que hicieron
en los países árabes creando (infiltrados de la CIA)supuestas
“libertades de pueblos” para tener asegurada la invasión
a Libia que es lo que han querido siempre, Obama tenía un fin: hacer
que la nueva presidente Dilma de Brasil le diera un voto en contra de
Irán...y ¡maldita sea! Lo logró, valga la cacofonía, ¿De qué extraña
argucia se valió el Obama que manda a asesinar a los pueblos del mundo
y que mintió en su campaña con acabar con la prisión de Guantánamo,
para doblegar la inteligencia de una mujer en la que creemos los revolucionarios
latinoamericanos?
No entendemos, pero Obama salió de Brasil con rostro de ganador. Regresó a su feudo a seguir planificando invasiones a los países que poseen petróleo. Desde el gigante Brasil, ordenó el bombardeo contra una pequeña nación del mundo. Indigna saber que gobernantes árabes miran con indiferencia y algunos hasta les dan apoyo al imperio, para que asesinen a sus hermanos, ¿dónde está la justicia de la cual se habla en muchas partes de la tierra? ¿Por qué esos pueblos no se unen a buscar solucionar sus problemas entre ellos mismos que son una misma gente ¿por qué ser eunucos de ese imperio maldito que con sus tentáculos infernales ataca y mata sin piedad a los pequeños? La vida es una lucha eterna , pero lo más lamentable es que sean los jefes de algunos gobiernos los que dejen a sus gobernados a la deriva bajo la bota criminal del imperio estadounidense, ¿por qué ESTA ESPECIE de hombres cobardes , melindrosos, chupa medias, que engañan a la gente después que esta les ha dado la responsabilidad de guiar a sus países como verdaderos patriotas y no como gentiles efebos acompañantes de alcobas ¿SERÁN ACASO ESE TERCER SEXO que se nombra por ahí?
aenpelota@hotmail.es