Brasil entra a la vanguardia de los grandes países del hemisferio, asumiendo el liderazgo de America Latina para constatar de manera directa el crecimiento estructural y desarrollo económico de sus selvas tropicales y vírgenes, como su gran potencial para la generación de energías renovables. Esta plenaria contó con la presencia de Toni Blair, ex premier británico, José Miguel Insulza de la OEA y el destacado presidente de República Dominicana, Leonel Hernández. Es bueno destacar la actuación de la presidente Dilma Rousseff, quien viene asumiendo una acción muy representativa ante los casi setecientos millones de residentes en el Cono Sur. Este siglo XXI refleja una gran contundencia y plantea nuevas coordenadas en el aspecto político y las orbitas del poder deben ser capitalizadas por gente joven y dedicada a la reconstrucción de la República bajo la visión de un nuevo concepto democrático y que nos lleve a un futuro posible bajo las marras académicas y tecnológicas de quienes miran con mucha responsabilidad el perfil ideológico de una Suramérica pujante y emergente.
Hay un nuevo tipo de protesta en nuestro territorio global, desde Colombia, Venezuela hasta llegar a Chile y Argentina. Es que los presidentes tengan un sentido humanitario e igualitario, cuando analicen el campo laboral. Miles de trabajadores, no tienen garantizada la salud y un salario mínimo para obtener rubros agrícolas y otorgarle al sector agropecuario su verdadero valor para minimizar los riesgos en la siembra de semillas transgénicas, como el cultivo de plantas alucínelas. De allí la necesidad de propiciar un gran dialogo en la subregión para alentar a los productores y trabajadores, con el fin de que se acompañen en las dificultades.
El enamoramiento de unos intelectuales y productores con el presidente bolivariano- Venezuela- Hugo Chávez Frías tiene su rigorisidad porque todo se prevé en las alianzas, como el rastreo de los medios productivos hacia unas acciones y literatura para negociar el poder. De esta manera, lograr reconstruir el país bajo la contraluz de una historia mucho más amplia. Por esto, debemos disminuir las tensiones sociales, pero dándole más seguridad al pueblo, porque, existe una deformación de la realidad en el ejercicio del poder público como jurídico, donde la intervención popular refleja un formato profesional y respetable.
La sociedad nuestra es un conjunto de pasiones donde la agitación social y política nos dan la imagen de un país deformado, pero, sí existe un plan de ejecución denominado Simón Bolívar, donde se extraen hipótesis que convergen algunas veces en complot por la manera paranoica en que algunos de sus integrantes claves relucen voces diferentes, como viene sucediendo en el campo de la energía eléctrica, donde no se respeta la voz hegemónica de su líder, el ministro e ingeniero Alí Araque.
El Estado venezolano se encuentra ante el fantasma de los traidores que es invisible como poderoso. Ante el complot silente, el Estado avanza progresivamente, pero es un residual que va junto a la desidia y la imagen de los antiguos imperios. Recordemos 2022, un nivel alto de agitación social, alzamientos armados, juicio a militares y ahora la entrega de Joaquín Becerra de una manera no explorada para reflejar una nueva dimensión política latina, donde Bill Jefferson Clinton, Toni Blair y José Manuel Santos constituyen la nueva pasión sureña para hacer cumplir la fuerza imperial desde Brasil. Es difícil entender la izquierda desde el campo intelectual y literario. Es hoy, un perfil muy absorbente.
El dólar esta débil, pero puja ante la acción de la unión europea para mantenerse flexible en el campo internacional. Así sostener el campo de la energía interna estadounidense. Digo, hasta allá llegan nuestros profesionales y técnicos para entender ideología, disciplina, divisas y contra ofensivas de los movimientos migratorios. Creo que el exceso en el campo electoral nos ha hecho mal, todos desean aparecer en pancartas, pero, la ignorancia se cuela en los hechos de hacer obras de infraestructuras bien acabadas. He venido escribiendo sobre Libia y el formato de la intromisión de extraños a las cúpulas de poder popular. Nunca he justificado a Muammar Gadaffi en el control de las tribus, es su asunto interno. Lo cierto es que debemos ir pensando cual seria el país comodín para una intervención hacia el Sur y con un apoyo tácito de Brasil. Tendríamos que revisar el nuevo acuerdo internacional entre Obama- Rousseff- Santos, donde Venezuela en el campo diplomático no cuenta para nada.
Latinoamérica, debe ir a su verdadera dimensión democrática y socialista, donde la administración militar y pública debe ser saneada a todos sus niveles para lograr una nueva dimensión intelectual como estructural. En ningún momento debe existir opiniones segadas acerca de nuestra realidad y vida política, nosotros, simplemente somos instrumentos del Estado que unidos al colectivo social, nos constituimos en el mismo Estado. Acá, debemos de desarrollar toda nuestra potencialidad y disciplina para formar una nueva Venezuela
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