La oposición venezolana no se puede ganar unos punticos en las encuestas porque si sube un 5% bota ocho, y si el presidente está perdiendo respaldo popular, ellos hacen que suba como la espuma. Al parecer la oposición no se cansa de tropezar una y otra vez con la misma piedra, ¡no aprenden caballeros!.
Sus grandes metidas de pata iniciaron cuando las duras criticas a las misiones educativas, que fue uno de los grandes estandartes del gobierno, y comenzaron a llevar palo parejo, así como ha sucedido con otra serie de políticas de corte popular.
En cuanto a las presuntas sanciones del gobierno norteamericano a PDVSA, antes de analizar, se mandaron sendos titulares en todos los medios de comunicación informando la grave crisis que se avecinaba y los más osados dejaron entrever hasta una posible invasión a nuestro país, situación que la cayó como anillo al dedo al gobierno nacional, que en lugar de aclarar en qué consistían tales sanciones, aprovechó el momento político y arremetió contra la oposición tildándolos de vende patria, levantando con esto el sentimiento nacionalista y logrando la participación en el debate de personas alejadas de la contienda política, lamentablemente y como siempre luego de los miembros de la mesa democrática ver la metida de pata, comenzaron a informar que “tales sanciones no repercutían en la economía nacional, pero que Chávez se tenía que portar bien”.
El juego al Presidente le salió a pedir de boca y así se lo informaba a mis alumnos de Derecho cuando me preguntaron sobre el tema, que ¿quién tenía razón?, les contesté “ninguno, porque primero la oposición se lanzo en un ataque descomunal a decir algo que no era cierto o simplemente venía ocurriendo desde hace tiempo, y que el gobierno también fue radical porque en vez de explicar el contenido de la información optó por la vía política a atacar al gobierno de Obama, situación que les rindió mayores dividendos”.
En sí las sanciones tienen un nulo impacto en el aspecto económico y financiero, pero permiten al Gobierno de Chávez beneficiarse en lo político, sobre todo con mira en las elecciones presidenciales del próximo año.
Washington anunció que PDVSA, entre otras empresas del mundo sancionadas por lo mismo, no recibirá financiación estadounidense ni podrá suscribir contratos con el Gobierno en materia petrolera, algo que de hecho ya ha pasado prácticamente desde que Chávez está en el poder; es mas el gobierno de Obama recalcó “que su sanción no significa que renuncie a los 1,2 millones de barriles de petróleo que compra diariamente a PDVSA”; en este sentido hay que aclarar que PDVSA no le vende petróleo al gobierno de USA, sino a empresas privadas en ese país.
La causa esgrimida por la presunta sanción es que nuestro gobierno suministra crudos y otros materiales a Irán, pero en ese sentido nuestro país al igual que cualquier otro es soberano. Vale la pena recordar el incidente reciente con el anterior gobierno de Colombia, donde se suspendieron las relaciones comerciales y nadie amenazó a Uribe ni a Chávez por tales decisiones, aunque muchos las consideramos extremas. Ahora a la oposición solo les queda ¡recoger su gallo muerto!.
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