1. “Empleo, educación, cultura y oportunidades para los jóvenes es una conjunción de acciones que deben emprenderse para acabar con la violencia asociada al crimen organizado. Los jóvenes sin oportunidades pueden comenzar a hacer cosas (malas) que no deberían. No debemos permitir que la violencia pueda obstaculizar y entorpecer lo que México puede dar de bueno al mundo”, expresó Luiz Lula Da Silva, el expresidente brasileño, en una reunión con banqueros. Lula, al entregar el gobierno de Brasil hace unos meses a Dilma Rousseff, recibió grandes honores y aplausos en todo el mundo por sus éxitos al colocar a Brasil entre los países capitalistas más fuertes. Ese desarrollo sin duda logró elevar un poquito el nivel de vida de sus habitantes; pero la pobreza y la miseria de decenas de millones de campesinos, habitantes de las favelas y de gigantesco número de marginados continúa. La explotación capitalista sólo se modernizó y se hizo más manejable.
2. En otra intervención de hace menos de tres meses ante empresarios del sector bancario que opera en México, Lula da Silva habló también de la necesidad de aumentar la inversión en la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y de generar mecanismos de asociación entre la compañía mexicana y Petróleos Brasileiros (Petrobras), que tiene participación privada y estatal. Dijo: “El Estado mexicano debe recuperar la capacidad de invertir en la industria petrolera nacional o un día la gallina va a dejar de poner huevos de oro”. Lula, obviamente, desconoce la historia de la política mexicana así como el gigantesco saqueo que ha sufrido Pemex por parte de los diferentes gobiernos y voraces empresarios. Pemex ha sido –por lo menos desde 1938- como dice Lula, “la gallina de los huevos de oro”. No sabe que de la venta de su enorme producción y de los gigantescos impuestos que paga al Estado, han salido más de 10 mil ladrones supermillonarios.
3. Pienso que hay que aplaudir que Lula le haga ver a los empresarios y gobierno que mientras mantengan a la población y a sus jóvenes en el desempleo y con salarios miserables, la situación de México siempre empeorará. Que Lula vuelva a sugerir -como lo hemos dicho miles de veces- que el problema del narcotráfico y la delincuencia no se resuelve con contratar más soldados y policías y darles capacitación en escuelas yanquis; el asunto no de de hombres o de machos que siempre están mandando retos, sino de inteligencia, de comprensión, de sensibilidad para entender lo que está sucediendo en nuestros país. Estos hijos de puta gobernantes, así como las derechas que los apoyan todo lo quieren resolver a balazos, por eso en otros países hablan de “los machos mexicanos con pistola, caballo, sombrero charro y barajas” y cuando ven a alguien que no presume de ello lo consideran del otro lado.
4. Habría que decirles a los gobernantes que la cabeza no sólo sirve para ponerse un sombrero o para darse topes en la pared, que sirve para pensar y encontrar las soluciones más adecuadas para que México deje de ocupar los últimos lugares, en servicios de salud, educación, en reducción de su pobreza, en seguridad y en porcentaje de los presupuestos sociales que aplica en bienestar para su pueblo. ¿Para qué quiere este maldito gobierno dilapidar un enorme presupuesto público fortaleciendo al ejército, la marina, la policía federal, la de los estados y municipios, manteniendo en casi Estado de sitio a muchas regiones, si por cada “delincuente o narco” que mata llegan cinco más desempleados y muertos de hambre a engrosar las filas de la llamada delincuencia? Por eso los narcos mexicanos han logrado tanta afiliación que ahora les alcanza la capacidad para extenderse en toda América y el mundo.
5. El “socialista” brasileño Lula, el “tupamaro” uruguayo Mujica, el socialista chileno Allende, demuestran que los gobernantes –aunque así lo quieran o deseen- no pueden gobernar de acuerdo a su ideología sino supeditados a la clase que tienen el poder económico. Allende logró poner en práctica algunas medidas populares, pero cuando la gran burguesía chilena y el gobierno yanqui de Nixon determinaron su derrocamiento en 1973 no hubo nada que pudiera detener la orden ni las decenas de miles de asesinatos realizados por el ejército de Pinochet. El viejo Mujica que actúó con los Tupas en la Guerrilla urbana, ahora como gobierno sólo es un simple administrador del capitalismo uruguayo. Lula, el obrero socialista brasileño, combatió a los izquierdistas que lo ayudaron a triunfar y que luego le reclamaron el cumplimiento de las demandas de los campesinos sin tierra, así como de los millones de miserables y pobres.
6. Lo que ha declarado Lula respecto al desempleo y los buenos salarios para acabar con la delincuencia no es nuevo, es lo mínimo que hemos exigido desde hace muchos años; pero Calderón –que en su campaña prometió ser “el presidente del empleo”- resultó ser el que ha provocado mayor desempleo; en vez de crear cada año un millón 300 mil empleos cuando más crea la mitad llevando cada año a la desocupación a más de 600 mil que sólo tienen tres caminos: ser migrantes a EEUU, ocuparse en el trabajo informal e ilegal o, de plano, tomar el camino de la delincuencia. Todos los delincuentes muertos o capturados en el país pertenecen a la clase social miserable del campo, así como a los desempleados de la ciudad, sean soldados o civiles. Podría decirse que esta es una guerra ordenada y financiada de los ricos para que los pobres mueran confrontándose entre sí. Pero así son todas las guerras, los gobiernos y generales nunca van a las batallas.
7. Brasil, con casi 200 millones de habitantes y con un territorio de 8.5 millones de kilómetros cuadrados, sólo superado en extensión en América por EEUU y Canadá, es ahora un país del llamado BRIC (Brasil, Rusia, India y China) que compite fuertemente con EEUU y Mercomún europeo. Podría decirse que ya tiene un gran potencial en América Latina y eso le ha dado enorme presencia en la política continental. México, por el contrario: desde 1982, a partir de la imposición del neoliberalismo fue desarrollando mayor dependencia convirtiéndose en un simple traspatio de las políticas del imperio. Salinas, Zedillo, Fox y Calderón han terminado de enterrar al país y será muy difícil rescatarlo de las garras del imperio de las barras y las estrellas. No nos imaginamos la cantidad de brincos y tirones que tiene que dar el pueblo mexicanos para rescatar algunos márgenes de independencia, pero para ese tienen que haber transformaciones radicales.