Argentina entre la presión imperialista y la lucha social

Una serie de conflictos laborales tienden a conformar un nuevo panorama político social en Argentina. Además del dato indicativo que desde octubre del año 2004, no hubo una sola semana sin que se registrara una huelga, una movilización callejera, corte de ruta, esa dinámica se aceleró desde febrero de 2005 y esta semana se concretó en por lo menos una decena de conflictos en distintos lugares del país. La resistencia del Gobierno, según declaran ellos mismos está determinada por los acuerdos pactados con D. Rumsfell y Washington recientemente. La perspectiva argentina, en el cuadro suramericano de luchas enconadas en Ecuador, Bolivia, Brasil, Paraguay y Perú, señalan escenarios de definiciones políticas.

Preocupaciones del enemigo

Recientemente, las grandes asociaciones de capitalistas y algunos de sus voceros mediáticos más preventivos, tomaron nota del fenómeno y reaccionaron a su modo. Un ejemplo ilustrativo de ello fue la iniciativa de la Unión Industrial Argentina, que decidió romper su quietud y llegarse en pleno hasta las oficinas del Ministro del Trabajo, Carlos Tomada.

Allí le dijeron claramente que tenían dos preocupaciones centrales: "el incremento casi exponencial de los conflictos laborales y el hecho de no haber sido convocados para discutir la futura Ley de riesgos laborales" ¨(Ámbito Financiero, 7 de abril 2005, pág 7)

No es para menos. Los conflictos típicamente fabriles o de tipo industrial se registran en 23 plantas del país. En todos los casos el centro de la disputa es el salario, aunque en algunos casos se mezcla con otras reivindicaciones de seguridad laboral, salud, etc. Un caso resonante fue el de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) que lanzó la jornada completa en el país para reclamar incremento en los haberes, blanqueo de trabajadores "en negro" y pago de salarios atrasados. Este viernes 8 de abril sus delegados y militantes se plantaron ante las oficinas del Ministerio del Trabajo para reclamar que esa entidad ministerial dé el ejemplo en el cumplimiento de las leyes y en la protección del nivel de vida de sus empleados. Más de 1.300 funcionarios (trabajadores) reclamaron pago de salarios atrasados. Casi 1.000 empleados del Ministerio trabajan "en negro", o sea, en forma ilegal desde el punto de vista de propia legalidad argentina.

Días anteriores, los trabajadores de las más grandes firmas petroquímicas del país reclamaron con movilizaciones internas y puestas en marcha de planes de lucha, para recomponer las franjas salariales.

Los puertos argentinos estuvieron paralizados o seriamente afectados en su funcionamiento esta semana y la anterior por la acción de sus trabajadores cuyos reclamos fueron: aumento salarial, rotación de turnos y disminución de la carga horaria. Exigen, además, contrataciones de nuevos trabajadores. Por su parte, el gremio de la industria lechera nacional puso a sus trabajadores en actividad sindical en reclamo de por lo menos un 40% de aumento en sus haberes básicos, deprimidos desde hace 15 años, como ocurrió con el conjunto de la clase trabajadora argentina.

Otro de los gremios movilizados en los últimos días fue el de los pesqueros en el sur del país. Ellos sienten que sus salarios decrecen en la misma medida que crecen las exportaciones ictícolas a la Unión Europea donde este sector capitalista, entre los grandes agroexportadores favorecidos por la devaluación y la protección estatal, vio multiplicada su tasa de ganancia en más de 22%.

Luego estuvieron los conflictos de los trabajadores de la salud y la de los docentes, todos dependientes del Estado. La plantilla de centenares de empleados no médicos del monumental Hospital Garrahan resisten en las instalaciones. Los médicos afiliados al poderoso sindicato profesional CICOP, de la Provincia de Buenos Aires vienen luchando y saliendo a la calle desde hace por lo menos un mes.

En el mismo camino están los docentes de esa provincia. Caso aparte resulta la lucha de los docentes de la provincia norteña de Salta, donde lo estrictamente laboral (osan querer ganar más de 150 pesos) se convirtió en un conflicto social y político tras la brutal represión (como suele ser toda represión) El gremio docente salteño fue agredido por el gobierno de Romero, menemista recompuesto con quien el kirchnerismo transversal (y el otro) negocia acuerdos electorales para 2005 y 2006.

Unidad de piketeros

Lo nuevo en este escenario fue la jornada de cortes de ruta, movilizaciones y resistencia, llevada adelante por las 8 organizaciones de desempleados opositoras más fuertes del país. CCC, Bloque Piketero Nacional, MDT Aníbal Verón, MTL, Frente Popular D.S., MTR CuBA, MST, CTD y otras menores.

En forma paralela --y sorprendentemente mezquina por tratarse de una lucha-- marchó el poderoso movimiento de jubilados, pensionados y piketeros dirigido por Raúl Castell. Sus columnas atravesaron la Capital Federal y llegaron hasta el Ministerio del Trabajo, acompañados de algunos importantes dirigentes sindicales que adhieren a este movimiento.

A pesar de este detalle, el jueves 8 de abril fue un día de corte de rutas nacionales, provinciales y locales. Se calcula que hubo acciones concretas en 92 puntos neurálgicos del país. Los principales corte fueron en Gran Buenos Aires, La Plata, Ruta 205, la Rotonda de Alpargatas, Ruta 2, Rotonda Burzaco Ruta 4, Panamericana y Ruta 197, Gaona y Ruta 4 Zona Oeste, etc. En Capital Federal el corte fue en el cruce de las calles Alem y Tucumán, frente al Ministerio del Trabajo.

La acción duró entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde. Levantó los siguientes 5 puntos: 1) Aumento del monto de los Planes de 150 a 350 pesos. 2) Universalización de los subsidios a todos los desocupados del país. 3) No al aumento de precios y tarifas. 4) Puestos genuinos de trabajo, plan de obras públicas, respeto a la jornada laboral y jornada de 6 horas de trabajo a nivel nacional. 5) Libertad a todos los presos luchadores y amnistía a los casi 4.000 (cuatro mil) luchadores procesados.

El Gobierno no quiso recibir el petitorio piketero de 5 puntos, lo que hace presumir que la perspectiva será de mayor dureza en el enfrentamiento con el Estado, el Gobierno y los patronos.



Entre acuerdos y desacuerdos


Esta nueva dinámica de la lucha de clases se va dibujando desde varios ángulos. Los acuerdos políticos del gobierno de Néstor Kirchner con el gobierno de George Bush (leyes "anti terroristas", "pacificción" de Bolivia, ONU, OEA y FMI) indican que el camino no será fácil para los movimientos no gubernamentales.

En este cuadro es útil recordar que por lo menos en Bolivia, Ecuador, Paraguay y Perú han ocurrido luchas y movilizaciones importantes en las últimas semanas. En Perú, Ecuador y Bolivia la debilidad gubernamental es tal que ya Washington ha comenzado a tejer "salidas institucionales" de emergencia.

En ese sentido es que tiene valor la unificación de esfuerzos al que llegaron las organización piketeras que protagonizaron la jornada del jueves 8 de abril. Ya se sabe que programan una nueva jornada de lucha para el 19 de abril con el objetivo de presionar directamente en el centro del poder: el objetivo es confluir masivamente en Plaza de Mayo. Pero también se sabe que el gobierno está decidido a resistir ese embate hasta donde pueda sin conceder ni un peso. ¿La razón? Fuente gubernamentales aducen que no están dispuestos a arriesgar los acuerdos "estratégicos" alcanzados con Washington.

El Gobierno argentino está sometido a estas dos presiones, la externa y la de su propia sociedad oprimida. Como es previsible, la reacción gubernamental no será la de apoyarse en los de abajo (piketeros y trabajadores) para resistir a los de arriba (UIA, AEA, Washington) Argentina se dirige a una nuevo escenario político.


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Modesto Emilio Guerrero

Periodista venezolano radicado en Argentina. Autor del libro ¿Quién inventó a Chávez?. Director de mercosuryvenezuela.com.

 guerreroemiliogutierrez@gmail.com

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