Hace
poco, aporrea.org publico un articulo de noticia que dice:
“...
para imponer una zona de exclusión aérea sobre Siria con
ayuda logística de EE. UU., avanzando en la posibilidad de un ataque
militar para derrocar al presidente sirio Bashar al-Assad bajo el
pretexto 'humanitario'.”
Comparemos
con lo siguiente:
Iraq,
años 1990:
… zona
de exclusión aérea, “El área de exclusión, que había sido
interpuesta para garantizar la seguridad de la población civil y
para hacer más fácil el reparto de la ayuda humanitaria …”
Bosnia,
años 1990:
… zona de exclusión aérea, “un «elemento esencial para la seguridad de la prestación de asistencia humanitaria y un paso decisivo para la cesación de las hostilidades».”
… zona de exclusión aérea, “un «elemento esencial para la seguridad de la prestación de asistencia humanitaria y un paso decisivo para la cesación de las hostilidades».”
Libia,
2011:
...
zona de exclusión aérea, “en la cual se decretaba una prohibición
generalizada de los vuelos «a fin de ayudar a proteger a los
civiles».”
En
los tres casos, la OTAN, con la “ayuda” de EEUU y sus
aliados, y con la aprobación directa o con el silencio de la ONU,
bombardearon a estos países, destruyendo sus infraestructuras,
hospitales, y escuelas, dejando a miles de inocentes muertos y
heridos,. También, en los tres casos, derrocaron a sus altos lideres
y los cazaron como animales; y los asesinaron. En los tres casos, sea
durante o después de los ataques/invasiones, hubieron casos
importantes de torturas, violaciones y masacres.
La
OTAN y la ONU son organizaciones criminales como nunca
antes se ha visto en la historia del mundo. Son criminales,
psicópatas, malandros, ladrones, saqueadores, violadores,
torturadores y asesinos.
De
ahora en adelante, creo que deberíamos llamarlos:
La
Organización de Neoliberales Unidos
La
Organización de Transnacionales, Asesinos y
Neoliberales
N.B
De acuerdo a Wikipedia: El término neoliberalismo es un neologismo
que hace referencia a una política económica con énfasis
tecnocrático y macroeconómico que pretende reducir al mínimo la
intervención estatal en materia económica y social, defendiendo el
libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio
institucional y el crecimiento económico de un país, salvo ante la
presencia de los denominados fallos del mercado.