1. Muchos mexicanos piensan que hablar de los problemas de Grecia, de China o de Irán, es tratar problemas abstractos o ajenos. No se dan cuenta que así como en México viven seres humanos que son trabajadores, explotados y miserables, igual suerte sufren en otros países donde el capitalismo, los señores de la riqueza, se adueñan de todo lo que producen los obreros y los campesinos. No se dan cuenta que los que se dicen “salvadores” de los pueblos griego y mexicano son siempre los mismos: una treintena de grupos bancarios que hacen negocios especulando con el trabajo y los ingresos de los mismos obreros. Y peor aún: desde que hace 50 años comenzaron a extenderse las empresas transnacionales como los fabricantes de coches, de armas, de refrescos, son los mismos grupos monopólicos imperialistas los que explotan aquí, allí y todas partes. Por eso cuando hablamos de un país es como si lo estuviéramos de México.
2. Los líderes europeos banqueros (o también americanos), están sedientos por recobrar deudas de Grecia en profunda crisis. El sable europeo y la bota yanqui (FMI) de la llamada troika, sin importarles el destino del pueblo griego, la solidaridad que requiere en este momento que su economía está desplomándose, exigen el inmediato pago de las deudas. Pero la sociedad griega –defendiéndose tímidamente- no parece dispuesta a someterse y exige: a) la suspensión unilateral de pagos, acompañada de b) una auditoría de la deuda que permita conocer su origen, c) repudiar toda la deuda ilegítima y, d) castigar a los responsables, tanto nacionales como extranjeros, que han llevado al país a la bancarrota. Tal y como están las cosas en ese país europeo, ésta propuesta de lucha parece la única salida razonable y realmente democrática; es decir, la única que permitirá al pueblo griego recuperar el poder de su soberanía económica, social y política.
3. Grecia es un pequeño país de 12 millones de habitantes comparado con México de 114 millones. Sin embargo, con una deuda pública de Grecia que habría llegado a los 355.000 millones de euros, cifra que ya supone el 165% de su PIB. Casi un 75% del total (unos 260.000 millones) son bonos que se negocian –con cuantiosos márgenes de beneficios– en los mercados secundarios de valores, y que están en manos de agentes privados (fondos, aseguradoras y bancos poseen casi el 70% de los mismos), del BCE (que ostenta otro 20%) y de la seguridad social griega (10% restante) ¿Qué sucede? Que viendo su debilidad orgánica y la insignificancia de las luchas de su pueblo, los multimillonarios controladores de la economía de Europa (gobierno alemán, francés, yanqui) han decidido embargarla imponiendo una economía que reduce todos los ingresos del pueblo griego llevándolo a más hambre y a más necesidades no satisfechas.
4. Veamos México. Según leemos en La Jornada, después de sanear el sistema financiero con cargo a los contribuyentes y la entrega de los principales bancos a un nuevo grupo de inversionistas después del rescate de 1995, las ganancias de las instituciones de crédito crecieron en los pasados 11 años a una tasa que multiplica por 20 el avance de la economía en conjunto en el mismo periodo. Las ganancias netas del conjunto de bancos que opera en el país entre 2000 y 2011 alcanzaron 569 mil 434 millones de pesos Esta cantidad equivale a dos terceras partes de los recursos de los contribuyentes que han sido empleados para financiar el costo del saneamiento bancario de 1995. La deuda generada por FOBAPROA siguió en aumento y requirió cada año de cuantiosos recursos públicos, destinados básicamente a cubrir los intereses generados por esos pasivos, como reveló la ASF, el órgano de fiscalización de la Cámara de Diputados.
5. ¿Qué carajos hemos hecho los trabajadores en México para remediar ese terrible despojo que es un profundo dolor por el hambre de nuestro pueblo? Los ricos se han hecho inmensamente millonarios con el dinero que les han entregado desde 1995, hace más de 15 años, los mismos gobiernos de Zedillo, Fox, Calderón (569 mil 434 millones de pesos) del trabajo directo del pueblo mexicano y lo único que hemos hecho el llorar nuestra tragedia. Somos por lo menos 70 millones de pobres y 40 millones de miserables y toda esa gran fuerza de nada ha servido –por lo menos- en los últimos 30 años. No me cabe duda de que estamos 10 veces más jodidos en participación y reclamos que los griegos. Pero estamos esperanzados en que algo harán, en que no permitirán que los reduzcan los salarios, las pensiones y se hagan más caros los artículos de primera necesidad para seguir llenando las bolsas de los poderosos banqueros.
6. Alguien me diría con razón que no sólo es Grecia y México sino también España, Chile, Honduras, Irán, África, los mismos EEUU. Y sí, son en todos los países donde la miseria de millones y millones de trabajadores se ha incrementado por la explotación y el desempleo producto de economías que sólo benefician a unas cuantas familias. Y parece no tener solución, pero sí que la tiene. La solución profunda y total sólo puede venir de los trabajadores mismos que con su fuerza asuman el control de la economía y la política; pero también hay soluciones pasajeras en las que los grupos de poder de enfrentan y negocian para no provocar problemas mayores. Por ejemplo si los griegos logran presionar fuerte es posible que le bajen a la brutal intervención de Alemania y Francia que buscan imponer la política del euro con toda su fuerza. Aunque los helenos no tengan en sus manos, por ahora, la solución definitiva, pueden remediar su futuro.
7. En México no hemos podido defendernos. Cada año o cada sexenio no saquean y nada sucede. Quizá los procesos electorales sirvan de entretenimiento y de esperanza en que las cosas cambien a favor del pueblo. Pero nada importante sucede después de más de 70 años de gobiernos del PRI y 12 años de gobiernos del PAN porque son exactamente iguales: al servicio de la clase empresarial, clerical y de los inversionistas extranjeros. Por lo menos los últimos cinco presidentes (tres del PRI y dos del PAN) deberían estar en la cárcel. Pero no. La pasan tan campantes gozando de sus enormes riquezas que parecerían estar recibiendo más premios y más aplausos. Por eso no tenemos derecho de exigir que otros pueblos como el griego salgan a las calles y luchen contra la lesión de sus intereses si los mexicanos que somos 10 veces más numerosos tampoco hemos tenido la dignidad y la valentía para defendernos.