Mejor hubiese sido un cumbe, un compartir, con baile
caribeño incluido, entre iguales. Una cumbia, cumbiambera, o merecumbé.
Pero las cumbres, las elevadas cimas desde donde
mandan los poderosos, no les sirven a los pueblos.
La de Cartagena resultó de las más ociosas. El
noticiario se quedó en las pasarelas. En el desfile de modas veraniegas.
Los intereses transnacionales si cuadraron su tratado
de libre comercio. Para eso se montó el festín de trivialidades.
Ni las pobres “damas de compañía” se salvaron del
saqueo preventivo. Luego irán por lo que queda de productores agrícolas y
pequeña empresa.
El presidente de Estados Unidos impuso su “derecho de
admisión”, si “libertad de información” y estilo de cruzar las piernas en las
entrevistas.
Mientras este Barack pavoneaba su insipidez, otro
Barak vino y mató.
La verdadera cumbre apenas comenzaba: la visita del
ministro de defensa israelí Ehud Barak.
Su pequeño homólogo le brindó el abreboca en
Tolemaida, tristemente célebre base militar gringa donde gringos uniformados
violan muchachitas colombianas “sin pagar” cárcel ni sanción alguna por su
“derecho a la impunidad”.
También el presidente anfitrión lo recibiría.
Afirman que esta visita será "el inicio de una
nueva etapa en la relación de alto nivel estratégico en materia de seguridad y
defensa de los dos países tanto en el ámbito local como internacional".
Para Barak, el ministro israelí, Colombia “es uno de
los mejores amigos de Israel”.
Entonces los “mejores amigos” acordaron iniciar
fuertes negociaciones donde Israel venderá a Colombia armamento de punta, como
aviones no tripulados, y acudirá con sus empresarios de la guerra a instalarse
en territorio colombiano.
¡Lo que faltaba!
La presencia militar israelí en Colombia no es nueva.
Recientemente recordábamos en un artículo los aportes extraordinarios que el
general israelí Yahir Klein hizo al ejército colombiano entrenando a los mandos
y comandos paramilitares que desataron la catástrofe humanitaria más grande del
continente en el último siglo.
Esos entrenamientos dieron como resultado las
desapariciones, fosas comunes, ejecuciones extrajudiciales de inocentes
bautizadas como “falsos positivos”, los hornos crematorios, los
descuartizamientos de personas vivas con motosierras, entre otras perlitas.
Ahora con esta Cumbre de demócratas, defensores de
los derechos humanos del capital, se fortalecerán los lazos preexistentes y se
“avanzará mucho más en otras áreas de lo local e internacional”.
Porque, según coincidieron, “Colombia será ahora un
exportador de seguridad”.
Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos e
instalación de fábricas de armas israelíes en Colombia son el verdadero
resultado de esta “cumbre”, tan bien organizada que, salvo honrosas
excepciones, los invitados beneficiados con el “derecho de admisión”, se
percataron de sus conclusiones.
aciquenigale@yahoo.es