En declaraciones de Juan Manuel Santos a la prensa italiana en su reciente visita al Vaticano el 13 de mayo de 2013, reafirmaba a raíz de la asunción de Nicolás Maduro como presidente legítimo que sus relaciones con Venezuela no se iban a descarrilar (Aporrea: "Hemos decidido no dejar que nadie nos descarrile"), todo ello en honor a lo que se había logrado en el Pacto de Santa Marta, que como buen oficiante había logrado nuestro amado Comandante Supremo y Redentor de pueblos, Hugo Chávez Frías. Pero sorpresivamente... se le sale su ralea santanderista y le asesta tremenda puñalada trapera a Maduro y a las "sinceras" y buenas relaciones de paz y amistad Colombia-Venezuela.
Era cuestión de tiempo y era de esperarse que de un momento a otro esas buenas relaciones conquistadas por ambos presidentes hermanos (Chávez-Santos) iban a llegar a su llegadero. ¿Porqué Santos le da un patada a la mesa?
El señor Santos, sibilino, manipulador en las sombras, hierático y astuto personaje con ADN y sangre santanderina, no da un paso sin que el imperio gringo le dé órdenes y el visto bueno para que tal o cual reunión con personeros venezolanos, se lleve a cabo. Por tanto, la reunión que sostuvo Chávez en Santa Marta con el presidente Santos el 10 de agosto de 2010, no fueron tales los acuerdos pactados con el señor Santos, porque este señor no da un paso en su país sin que tenga de antemano la aquiescencia y sello del imperio. Este rastrero cambio del señor Santos ocurrió justo en el momento en que tenía que ocurrir, y su traición se ajusta a la medida de lo que se cita en el Eclesiastés: Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora...
Lo que acaba de hacer Santos al recibir al traidor apátrida Capriles Radonski y retrotraerse ahora sobre lo que en fecha reciente dijo en el Vaticano de "no descarrilar las buenas relaciones de Colombia-Venezuela", a raíz de la asunción de Maduro a la presidencia. En la que paso desapercibida (como noticia) su premeditada ausencia de la juramentación de Nicolás Maduro el 19 de abril de 2013, tiene una sola lectura: "El plan del imperio o "Plan Venezuela" se comenzaba a aplicar desde el mismo momento en que este rastrero personaje no quiso asistir, por razones no sanctas, a la juramentación de Nicolás Maduro como presidente legítimo de la Republica Bolivariana de Venezuela".
De modo, que la visita oficial que el día martes 28/05/13 le dispenso el Vicepresidente USA Joe Biden a Juan Manuel Santos, después de 13 años de ausencia en tierras neogranadinas, y acompañada en esa gira por la subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, responsable directa de todo el "Plan Venezuela", es y fue a todas luces un espaldarazo a Santos para darle luz verde a ese maquiavélico plan contra la República Bolivariana de Venezuela. Que se implementa, además, en connivencia con el narco paramilitar Álvaro Uribe Vélez, el traidor a la Patria Henrique Capriles Radonski y el asesor de Santos, el también no menos traidor apátrida venezolano, J.J. Rodón, quienes desde los laboratorios y andamiaje del Gobierno de Bogotá, se estructura y planifica con la venia y artera traición del baboso Santos y de la rancia ultraderecha de ambos países, el genocidio contra Maduro y la toma del poder en Venezuela por invasión del imperio norteamericano. De ahí deriva la trama de EEUU de no reconocer a Nicolás Maduro como presidente.
El señor Santos le da una patada a la mesa porque los gringos tienen agarrado por las bolas tanto a Álvaro Uribe Vélez como a él, pues, cuando Santos se desempeñaba como Vicepresidente de Colombia en el mandato de Uribe, convalidaba bajo su babosa mirada todos las monstruosidades cometidas por paramilitares y atrocidades cometidas por los falsos positivos. Amén de la casos de la droga que sale desde Colombia hacia EEUU y los cuantiosísimos recursos financieros que de ella se derivan. Y verbigracia lo que pesa sobre sus hombros, en Tribunales Penales ecuatorianos, por la masacre de guerrilleros FARC en la población de Sucumbíos-Ecuador y por haber dirigido personalmente por órdenes de Uribe Vélez esa brutal matanza de guerrilleros FARC y violación de la soberanía ecuatoriana, por instrucciones y asesoramiento militar gringo y el apoyo tecnológico y logístico CIA y Dpto. de Estado USA.
El señor le asestó una puñalada trapera a las buenas relaciones Venezuela-Colombia y al "Pacto de Santa Marta", porque cuando él declaro hace más de dos años en España ante los medios de la rancia ultraderecha española, que los campamentos FARC que se decía bajo el mandato de Uribe que estaban a la buena de Dios en territorio venezolano: eso no era verdad y no habían pruebas que así lo confirmaran en situ... Fue una coartada bien pensada por el baboso Juan Manuel Santos que daría sus frutos a futuro, y le serviría a lo que debajo de la manga venía preparando contra Venezuela todo este tiempo... Rastrero, hipócrita, cínico, traidor y más baboso que mil guabinas de agua dulce.
Qué dijo el baboso en Santa Marta, a raíz de la reunión con Chávez el día 10/08/2010: "Pido a Dios y al Libertador que nos inspire al presidente Chávez y a mi... Mayor puñalada trapera que le propina hoy a Venezuela este siniestro personaje, en reedición de lo que otrora le hizo Francisco de Paula Santander con la histórica traición al Libertador Simón Bolívar, cuando el año 1821 se convocó en Cúcuta una asamblea de notables que debía parir la primera Constitución de Colombia (conocida en ese entonces como la Gran Colombia), y el Vil intento de asesinato contra El Libertador en Bogotá, el año de 1828. Esa película de traición y más traición del santanderista neogranadino, ahora en este histórico momento, se vuelve a repetir (a reeditar) con la artera traición de Juan Manuel Santos, a los lazos de hermandad y buenas relaciones entre dos países unidos por un mismo ideal bolivariano. ¡Qué vaina la de esto gobernantes colombianos!! Que no se cansan de echarle mierda a los gobernantes venezolano, a los que solo los ha movido desde tiempos históricos el legado de una unión, paz, hermandad y sana convivencia, dejada como buen legado por nuestros libertadores y, en historia reciente, también, por nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez,
El camarada presidente Nicolás Maduro debe revisar en frío las relaciones (de toda índole) con el gobierno colombiano y del cinismo e hipocresía de su nefasto presidente. Porque de no haber un encuentro (persona a persona) entre los dos presidentes y de no haber una Acta de Compromiso serio y de respeto mutuo, firmado ante la presencia de testigos de fe (caso de Evo Morales, Cristina y Rafael Correa), no creo, o más bien dudo de la buena de Santos, que garantice en el tiempo que la paz y el respeto entre amabas naciones se va a cumplir, y no dé pie para que de nuevo haya una nueva reincidencia de este baboso traidor santanderista.