Mi palabra

El descubrimiento de Obama

"Si alguien busca la salud,

pregúntale si está dispuesto

a evitar las causas de la enfermedad;

en caso contrario, abstente de ayudarle".

Sócrates

“EL DESCUBRIMIENTO DE OBAMA”

El martes muy temprano, leí el reciente discurso del presidente de los Estados Unidos Barack Obama, dedicado todo a la salud mental de su país; da la sensación de haber hecho un descubrimiento, por la forma como se refirió sobre este delicado problema de la tierra adorada y deseada por muchos habitantes latinoamericanos; lo cierto es que sacó a la luz una realidad difícil de ocultar: la sociedad norteamericana es la más enferma del mundo, corroborado por sus propias palabras; las causas son muchas, algunas fácil de explicar. En su disertación en la casa blanca, tocó el tema relacionado al tiroteo de diciembre pasado, con el lamentable resultado de 26 personas muertas en la escuela Sandy hook en connecticult, pronunciando estas increíbles palabras: “Más del 40% de los 50 millones de norteamericanos, que sufren alguna enfermedad mental, no reciben tratamiento”. Estamos hablando de 20 millones de personas a la buena de Dios, para poner a rezar, como dicen los católicos.

En su reveladora conferencia o mejor dicho información sobre el grave problema de salud mental del pueblo norteamericano, nombró cifras ascendentes, que parecen partes de guerra: “Demasiados estadounidenses están sufriendo en silencio. Hoy perdemos 22 personas diarias por suicidios” más adelante lanzó otro balde de gasolina a la ardiente situación mental: “En nuestro país 50 millones de ciudadanos padecen esquizofrenia, depresión, ansiedad u otra enfermedad mental”

Este dramático tema, explicado y puesto en la mesa de discusiones, por el encargado de dirigir ese inmenso país, en algo de servir como ejemplo, para muchos compatriotas, que viven renegando de nuestra hermosa tierra, sin pensar y mucho menos enterarse de esa realidad del pueblo norteamericano; viven ilusionados por el bello e imaginario paisaje pintado por los medios de comunicación, como en los cuentos de hadas; atrayendo a millares de personas encantadas, para después encontrarse con esta triste realidad de una sociedad envuelta en un mundo de violencia, con saldos muy trágicos, donde parece no haber solución a corto plazo, por la manera de enfocar el problema; es algo propio del país más “poderoso” de la tierra; se mantienen a expensa del sacrificio y sufrimiento de sus propios habitantes.

El presidente Barack Obama no presenta soluciones, solamente asomó este consuelo: "No están solos, hay esperanza, hay posibilidades"; oculta las raíces de estos males, por ser algo inherente a su forma de hacer política, siempre con las bayonetas en la mano. En ningún momento se refirió a las invasiones perpetradas en los últimos años, con millares de soldados llevados a otros países, para masacrar y humillar a pueblos enteros en busca de petróleo, como ocurrió con Irak, donde metieron más de 130.000 soldados a pelear contra un “enemigo”, que no existía, pero lo inventaron con el falso pretexto de las armas químicas; los resultados están a la vista: un país con un porcentaje muy alto de ciudadanos con secuelas muy graves, muchos de ellos con problemas mentales, sin la atención médica necesaria.

En nuestro país, encontramos especialistas encargados de estudiar el comportamiento humano, con grandes contradicciones para enfocar estos problemas, por su férrea y enferma posición política; primero contra el fallecido presidente Hugo Chávez y ahora con el valiente Nicolás Maduro, quien con mucha gallardía, agarró el testigo dejado por el comandante, haciendo todo lo necesario para enfrentar estos males. No es fácil asimilar la actitud asumida por estos profesionales, horrorizados por los índices de violencia en Venezuela, propios de una sociedad capitalista, que nadie más que ellos saben las causas, pero no las expresan con responsabilidad, desviando la discusión en algo muy sencillo: culpar al gobierno de todos los males.

En la Venezuela de hoy, el gobierno ha sembrado una prioridad: velar por la salud del pueblo, especialmente por los que tienen menos recursos; a pesar de las fallas, defectos y una corrupción incrustada en los organismos oficiales, como un virus invulnerable. Son muchos los casos en el IVSS, donde les facilitan los medicamentos de altos costos a personas sin seguro y algunos sin haber pisado nunca las puertas de esta valiosa institución, que estuvo a punto de ser privatizada por gobiernos anteriores, en detrimento de la población.

Quisiera escuchar la opinión de la sociedad de psiquiatría, el colegio de psicólogos y algunas otras agrupaciones encargadas de velar por la salud mental de los venezolanos, sobre este sombrío panorama presentado por Barack Obama. ¿Quién es el culpable de esa cantidad de muertos? Muchos de nuestros profesionales dejan escapar su odio contra el gobierno sin aportar soluciones; se han convertidos en “actores” políticos, comparables a Obama, como el caso de una psiquiatría, quien afortunadamente se ganó un vehículo rifado en un congreso, al recibirlo expreso de manera ingenua: “¡Ay!, lástima que es rojito”



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Narciso Torrealba


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