Dentro de unos pocos años seremos sirvientes fieles del imperio gringo

Me desperté esta mañana con la frase, “¿Somos venezolanos?” La idea que vino con la frase fue de preguntarnos ¿qué estamos haciendo a diario para reforzar nuestra Revolución?, pero específicamente, nuestra soberanía.

Sabemos que una parte de la población, particularmente gente de la oposición venezolana, no tienen sentido patriótico, no les importaría nada que Venezuela fuese ahora mismo el numero 51 estado de EEUU, o que Venezuela sea una país latinoamericano monárquico como Belice, donde la reina de Inglaterra manada. Hay un cierto porcentaje de venezolanos y venezolanas que están dispuestos a sacrificar nuestra soberanía si pudieran deshacerse del gobierno Revolucionario, y esos es exactamente lo que ocurriría si Capriles Radonski mandara en este país – este sifrino vago ricachón vendería el país por completo, y se empataría con EEUU. Nos encontraríamos con bases militares estadounidenses en Punto Fijo, Naiguatá, Margarita, Mérida, San Cristóbal, Puerto Ayacucho, y Santa Elena de Uairén.

Las radios serian premiadas por las compañías de producción de música gringas para que toquen música gringa, usando el sistema capitalista de la payola. Construirían cárceles en cada municipio del país, y meterían preso a cualquier persona que trabaje sin permisos emitidos por la burocracia municipal, y meterían presos a todos que no paguen impuestos.

Así como los gringos hicieron en Canadá, inmensas empresas gringas comprarían todos los negocios familiares, los abastos, las ferreterías, las lencerías, las papelerías, las tiendas de muebles y ropa, las caucheras, los talleres mecánicos, y aquí en Venezuela, los pequeños productores de chupi-chupis (vikingos), los trapiches, los productores de miche, chuchuguaza, etc., los pequeños negocios de producción de dulces de guayaba, arañas, y bocadillos criollos, los kioscos donde venden comida criolla y masato, los pequeños negocios familiares donde producen tortas, quesillo, tetas, etc. Cerrarían, por ley, y con amenaza de meter a los dueños presos, todos los negocios criollos “ilegales” de “diversión,” como los sitios de tejos, bolas criollas, dominó, caballos, y las galleras.

Al comprar y/o forzar a cerrar estos negocios (con todo tipo de ley), las gigantes empresas gringas montarían sus propios negocios en cadena (franquicias), como lo han estado haciendo en todas partes, negocios de comida basura como Mc Donald’s, Wendy’s, A&W, Boston Pizza, Ben & Jerry’s, Kentucky Fried Chicken, Subway, Burger King, Dairy Queen, Taco Bell, Domino’s Pizza, y Pizza Hut, ferreterías como Home Hardware, y otros nefastos negocios de especulación como RE/MAX y Century 21 (que ya han invadido Venezuela), y servicios como U-Haul, Western Union, Gold’s Gym, Rent-a-Wreck, y Midas Muffler.

¿Y saben a quienes emplean para ser sus empleados a sueldo mínimo?

A las mismas personas que perdieron sus pequeños negocios familiares donde se ganaban más del sueldo mínimo, y donde trabajaban sin tener algún idiota como jefe, y menos, algún vendepatria formado por los gringos.

Así funciona el asunto.

Esto ha ocurrido en Chile, Puerto Rico, Costa Rica, Colombia, México, y otros países del Sur. Ya no son ellos mismos, y nunca más podrán volver a ser ellos mismos, viven bajo las costumbres y leyes de los gringos y de las empresas transnacionales capitalistas, encarcelados socialmente y psicológicamente, conquistados, controlados, y a la orden de extranjeros. Subyugados.

Entonces, mi pregunta es, “Somos venezolanos? ¿Estamos dispuestos a proteger nuestra Patria, nuestras costumbres, nuestra soberanía, o somos indiferentes frente al hecho de que ya nos están invadiendo?

Cada vez que compramos en McDonald’s, o que utilizamos el servicio de RE/MAX, estamos vendiendo una pequeñas parte de nuestra Patria a los gringos, es decir, entre todos, estamos vendiendo, poco a poco, nuestra Patria a los gringos, y si no tenemos cuidado, dentro de unos pocos años seremos sirvientes fieles del imperio gringo.

oscarheck111@yahoo.com


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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

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