De una manera hipócrita la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, reveló a través de varias agencias internacionales de noticias que había suscrito un acuerdo de cooperación e intercambio de información; el primero que suscribe con un país de América Latina, en este caso Colombia.
Cualquier venezolano osado, desde cualquier rincón de Venezuela, podría preguntarse: ¿qué carajos es la OTAN?, ¿Cómo es que de una manera tan rápida y expedita, a raíz de un llamado del Presidente de Colombia Juan Manuel Santos, se le brinda, tan aceleradamente, una respuesta de aceptación?
En verdad no es ninguna sorpresa; sobretodo, si observamos el esfuerzo y la dedicación que el fallecido “Comandante Eterno” Hugo Chávez Frías dedicó a la unidad Latinoamericana. Es por ello que surge la respuesta de los eternos enemigos de la independencia de los pueblos.
Igualmente, no nos puede resultar nada extraño, a los pueblos de América Latina, que luego de nuestra independencia y de tantos intentos por la unidad de la Gran Colombia, por parte de “El Libertador” Simón Bolívar, se hubiera abortado este proceso precisamente por la acción de los enemigos de la unidad: Páez, Flores y Santander.
No es una casualidad que luego de renacer nuestra Patria desde sus cenizas, gracias al espíritu de la unidad expresado en los proyectos unitarios impulsados por el Comandante Chávez como; UNASUR, CELA, ALBA, PetroCaribe, MERCOSUR, Banco del Sur y TeleSur, surgiera una respuesta imperialista para frenarla.
Los signos están a la vista. Traidores de nuestro tiempo han comenzado a desfilar por Washington - donde les extienden alfombra roja – revelan así su afán por convertirse en los protegidos del Imperio. Se le ven sus costuras y a flor de piel, su odio por la causa unitaria.
Las manifestaciones separatistas se expresan en el Pacto del Pacifico donde Chile, Perú y Colombia pretenden resolver sus problemas domésticos. Asimismo, se expresan en “El Plan Colombia” y en “El Plan Balboa”; este último cocinado en la OTAN, lo que revela porque esta organización anda detrás de Colombia.
Desde su nacimiento la OTAN tuvo un objetivo bélico y guerrerista. Su constitución y nacimiento se remonta al 4 de abril de 1949 en Washington, con sus dependencias en Bruselas y en Bélgica. Sus intereses han sido variados y actualmente lo integran unos 26 países; desde luego muy alejados de lo que fue su origen, la defensa de la desaparecida Unión Soviética.
Sus objetivos de guerra se han visto activados últimamente. Estos fueron puestos en evidencia en Libia y recientemente en Siria, en un juego geopolítico con intereses libres de toda sospecha.
Mientras esto ocurre, como una puñalada del gobierno colombiano de Santos a la unidad latinoamericana; todos los pueblos del Sur en un despertar expresan: ¡Fuera la OTAN de América Latina!