El presidente Maduro debe ser habilitado para legislar contra la corrupción, pues derrotarla es clave para ganar la lucha por el control de la renta petrolera, lucha que ha reimpulsado la ofensiva golpista.
El mercado libre no existe, pues o está administrado por el Estado o por el capital, con este tratando de mantener el monopolio del mercado. Además, el proceso bolivariano ha planteado que, con apoyo del Estado, el pueblo organizado vaya conquistando progresivamente, sin improvisación, el control de los procesos productivos y de los mercados. Ese pueblo definió la victoria contra el golpe de 2002 y el paro petrolero, que significó la derrota de la burocracia transnacional que dominaba el petróleo, la implantación del control cambiario y la conversión del mercado del dólar en campo de batalla por la apropiación de la renta petrolera. Hoy, la libre flotación del dólar permitiría que el capital retome el control del mercado cambiario. Otros caminos deben ser explorados.
La corrupción es un problema ético, por supuesto. Es también una relación económica, un proceso de transferencia de renta petrolera hacia el capital privado. Despojado del control de la industria petrolera, usa medios fraudulentos para intentar monopolizar los petrodólares como la sobrefacturación, que multiplica el costo de las importaciones; falsas importaciones; saqueo directo de dólares y aprovechamiento de la ineficiencia para que millones de dólares para la producción se desvíen y sigamos dependiendo de importaciones condicionadas por un patrón de consumo impuesto. Otros miles orientados hacia programas sociales se desvían hacia el mercado paralelo de divisas.
Líderes de la oposición política y de los empresarios manejan los hilos de la corrupción, el acaparamiento, la escasez y la inflación. Simultáneamente, también las campañas mediáticas contra esos males. Es la guerra económica para tratar de derrocar al gobierno bolivariano. Cárcel para corruptos y corruptores.
El cierre del Gobierno de EEUU por la crisis fiscal, la suspensión del sueldo a un millón de trabajadores del Estado, el recorte de los gastos sociales, el crecimiento de la pobreza en EEUU y Europa, es el modelo de la oposición. Hay que derrotarlos en todos los terrenos, especialmente, si llegamos allá, el 8 de diciembre.