En la mexicana Pemex las recientes pérdidas anuales ascienden a la gigantesca suma de 7.121 millones de dólares. Es la recordada México, la dueña de la masacre en la explanada de las Tres Culturas de Tlaltelolco, día antes de aquel mundial de futbol que se dio en el convulsionado año 1978, porque había que dejar todo limpio de las convulsionadas protestas callejeras.
Pero también las cosas para otro gigante sudamericano no van tan bien. Es Brasil, quien construye en la amazonia junto a Venezuela la Refinería Abreu de Lima. Petrobras una gigante que en los últimos dos años 2011 y 2012 facturaron un poco más que PDVSA en su cierre de ganancias petroleras, más de 127 mil millones de dólares, pero sus ganancias en cuanto al negocio petrolero cayeron vertiginosamente en un 39%.
Mientras que Venezuela anuncia el primer lugar en Sudamérica con las mayores reservas de gas, ocupando a su vez en este reglón un merecido puesto de cuarto lugar a nivel mundial.
Pero por otras latitudes aun más lejanas en Europa está la Noruega Statoil. Esta empresa petrolera fue creada en 1972 y es una de las máximas proveedoras de crudo y de gas en el mundo.
Para el primer trimestre del 2013 acaban de obtener beneficios netos que llegaron a 2.100 millones de dólares, todo orientado hacia las áreas de exploración, producción y distribución.
Mientras tanto la extracción iraquí sigue inmersa en serios problemas, pues la guerra civil acompañada de atentados, bombas y masacres le está causando serios daños a los sueños militaristas de los Estados Unidos de Norteamérica, quienes han sido los irresponsables de haber levantado los más desesperados nacionalismos, diferencias triviales las cuales han imbuido a millones en desesperadas salidas.
Estas potencias mega consumidoras de crudo no han apartado sus formulas desarrolladas desde la Guerra Fría. La llamada Doctrina Carter impulsada después de la toma de la embajada iraní la cual duró 444 días, es hoy en día la Cancillería Carter.
Esta Cancillería Carter ha sido reformulada por los Republicanos Bush padre e hijo y ahora más recientemente desde las administraciones Demócratas de Clinton y del Premio Nobel de la Paz Obama. Es decir la paz del petróleo en manos de el terrorismo neoliberal.