A quien le quede duda de que Uribe, es la pieza fundamental que el imperio tiene en Latinoamérica para fomentar desestabilizaciones, contra los gobiernos que el pueblo de has dado y que se salen del molde neoliberal, que observe y juzgue los últimos acontecimientos que lo han dejado definitivamente claro y han permitido pasar de la simple sospecha a la plena prueba.
Como lo afirma y prueba José Vicente Rangel en articulo publicado en esta misma página, ese personaje nefasto de la política colombiana, no escatima nada para lograr cumplir las instrucciones que recibe de quienes son sus amos y con quienes le obliga su prontuario tenebroso, muy bien reseñado y probado en publicaciones hechas en el país del que por desgracia fue su presidente.
Su odio manifiesto por nuestro país de la mano con el que aquí desborda la derecha, llevó a ambos factores a coincidir y sin ningún tipo de empacho reunirse y declarar la guerra a la revolución..
La derecha venezolana, toda, porque nadie se salva en virtud de que unos lo hacen accionando planes criminales y destructivos, pero los otros callan y no se atreven a deslindarse de ellos por lo tanto pecan por omisión o tácita solidaridad, encontró en Uribe su más incondicional aliado pero además con un poder y recursos enormes, propios y suministrados por el imperio, pues a través de él se deslizan no solo los financiamientos subrepticios, sino el aporte de paramilitares que de manera silenciosa han penetrado el país e instituciones, como quedó demostrado con el asesinato de Robert y María.
Ya no cabe duda que miles de paramilitares, que al dejar de actuar como fuerza organizada en su país y quedarse si poder practicar lo único que saben hacer que es matar, se convirtieron en insumos de muerte para el sicariato o muertes por encargo, para venderse como mercenarios y cumplir misiones de infiltración a lo largo y ancho de los países colindantes con Colombia y que por voluntad de sus pueblos han decidido ser libres e independientes del yugo imperial, ese sector criminal lo conoce muy bien por ser su mentor, Uribe y su organización, y los ha venido utilizando a su antojo, no desde ahora, sino desde cuando era presidente de Colombia e intentó, con base en la finca Darktari planificar el asesinato del Presidente Chávez, que afortunadamente pudo frustrar nuestra inteligencia de Estado.
Es tanto el odio que el siniestro personaje no oculta que se atrevió a declarar con las mayor desfachatez del mundo, que le había faltado tiempo para invadirnos militarmente, lo que sirvió para que se comprobara una vez más la conexión entre la derecha de aquí y el invasor en ciernes, pues lo más lógico era, que si en verdad tuviésemos una derecha democrática, ésa hubiese fijado posición en contra de tan temeraria afirmación, ya que de materializarse una invasión, no sería contra los chavistas solamente, sino contra el país y en violación de nuestra soberanía que nos pertenece a todos los venezolanos.
No aprovecharon para deslindarse como no lo han hecho en ningún otro evento, ya no de simples pero muy graves declaraciones, sino de destrucción y muerte como las guarimbas y su saldo de más de 40 asesinatos, lo cual les ubica como una oposición que pretende mostrar una fachada democrática, pero que en la práctica prefiere los atajos para tomarse el poder.-
Eso es lo que hay, qué le vamos a hacer, nada distinto va a suceder mientras sigan haciendo el papel de marionetas, mientras para mover un dedo tengan que esperar la seña de su amo, o más cerca lo consulten con su jefe inmediato el nefasto santandereano, que obviamente heredó contra la Revolución Bolivariana el mismo odio que su antecesor demostró, contra el inspirador de nuestro proceso a quien intentó asesinar y fue a su tumba a cerciorarse si en verdad estaba muerto y a escupir sobre ella.
Nada, pues, podemos esperar, rectificación no va a haber, de ello debemos estar conscientes quienes hemos decidido tomar el camino del socialismo del siglo XXI, que por alguna razón a pesar de las dificultades y obstáculos, sigue extendiéndose en la América unida que soñó el primer Libertador y del que dejó plantadas las bases cada vez más sólidas nuestro segundo Libertador.-