Como no voy a conocerte, si ya tienes mas de siete años complicándonos la patria, llevándome por una angustia diaria que no permite tener tranquilidad, solo porque un día decidí junto a un pueblo que me acompaña, que queríamos ser dueños de nuestro destino.
Como no voy a conocerte, si este mes de abril se cumplen cuatro años, de aquel golpe sangriento, que en complicidad con las jinetearas de los medios de comunicación y la rancia dirigencia de los moribundos partidos me diste traidoramente, utilizando una masa de apatridas inconscientes que disociadamente te siguieron, sin tener un ápice de amor por la patria y tuvimos que salir de emergencia a rescatar el hilo constitucional, porque un día te negaste aceptar que habíamos escogido el camino de la dignidad.
Como no voy a conocerte, con esos ojos llenos de odio y esas manos sucias de sangre, que te hacen inconfundible ante las miradas del mundo, porque se nota en tu tongoneo que eres un estomago (todo lo que toca lo vuelves mierda) que andas buscando problemas, con actitudes de guapetón, metiendo miedo a todo aquel que no tiene amor por la patria y se asusta con tu disfraz de mequetrefe.
Como vas a creer que no te conozco, si toda la vida he estado a tu lado, estudiando tus movimientos de asesino golpista y metiéndome en tus entrañas hasta lo mas profundo, como para conocer hasta la forma en que te entregas al imperio como un lacayo, sin importar lo que arrastras, haciéndote irreconocible ante tus hermanos, porque el veneno te llego hasta el alma.
Como pretendes que no te conozca, si en la espalda llevas una lista innumerable de traiciones, que hacen evidente tu esquelética y moribunda figura fracasada.
Pero sigues con tu conciencia arrastrada, buscando adeptos confundidos para enseñarles a traicionar al pueblo con manipulaciones de imperialismo y confundirlos de tal manera que no sepan diferenciar, el amor a la patria, del amor a un disfraz que no piensas quitarte nunca, porque no quieres aceptar que llego la hora, no solo de quitarte el disfraz, sino de desaparecer de la faz de la tierra, para de una vez por todas los pueblos del mundo puedan enrumbarse hacia el camino de la dignidad.
Claro que te conozco.
Con ese disfraz de diablo, el pueblo te reconoce.