Fue suficiente que obama tomara unas medidas diplomáticas convencionales para que aquí se encendieran los tambores del nacionalismo. “La Patria está siendo agredida”, gritaron los voceros del gobierno con sus trajes verdes de combate; “a esta Patria nadie la profana”, aseguró otro alto funcionario. Nadie explicó por qué los agresores explotan orondos la Faja del Orinoco, o por qué sus bancos fiscalizan el oro del Banco Central, o por qué preparan inversiones en las zonas especiales de neocolonización, o por qué abrieron el control de cambio para favorecer a las trasnacionales. Nadie explicó si la Patria que se defendía era la de Chávez, la “Patria Socialista”, o era la “Patria capitalista”.
El llamado al nacionalismo funcionó con más de un incauto. Los oportunistas no aguantaron la incertidumbre y se lanzaron a apoyar, votaron cruzado en la Asamblea, declararon solidaridad. Se unieron en la defensa de la Patria humildes y expropiadores, de aquellos que “especulan pero dan empleo”.
El asunto parecía raro, el huracán belicista no terminaba de traspasar la línea de lo alborotador, lo declarativo; todo parecía una mera operación distraccionista de la situación económica o para elevar un poco las encuestas. Hasta aquí nada nuevo en el ejercicio de la politiquería socialdemócrata. Pero parece que los rusos se toman la oportunidad para desarrollar su geopolítica. La noticia es alarmante, merece reflexión. Veamos.
Primero, ¿quien autorizó al gobierno a dar un paso tan importante para la nación? La presencia de barcos rusos en nuestros mares, en los ejercicios de la FANB, nos coloca en el centro de la guerra intercapitalista. Rusia se mueve para la América como respuesta a las sanciones impuestas por los gringo-europeos: ¿la Asamblea Nacional discutió este punto tan importante?, ¿los consejos de Estado y de Defensa que se reunieron, fueron informados o son entes puramente declarativos?, ¿por qué no se le informó a la masa convocada para los ejercicios militares?
¿Es esta participación de Venezuela, esta toma de partido en la guerra geopolítica, un avance hacia el Socialismo, o somos capturados por uno de los bandos capitalistas en pugna, arrastrados a una confrontación que no nos pertenece? Nuestro papel es el contrario: somos socialistas para salvar al mundo de la locura capitalista, de sus guerras sin sentido, de su destrucción del medio ambiente, del clima, de la vida, de la relación humana. Nuestro papel no puede ser de complicidad con un bando de la pugna, partícipe del espíritu belicista que sólo disputa mercado y que sólo trae desolación y muerte.
Nosotros proponemos, formal y respetuosamente, al Presidente Maduro; a Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional; a Rafael Ramírez, embajador al Consejo de Seguridad de la ONU; a Roy Chaderton, embajador en la OEA; a Tarek William Saab, Defensor del Pueblo; a Luisa Ortega Díaz, Fiscal General de la Nación; a José Vicente Rangel, a Luis Britto, miembros del Consejo de Estado y humanistas comprobados; a todos ellos proponemos que Venezuela sea proclamado “País Socialista neutral”, zona de paz de verdad, verdad, alejada de ejercicios militares propios de la guerra entre potencias capitalistas; proponemos que se suspendan los ejercicios con los rusos, y se proclame la vocación defensiva del país: recordando que nuestro ejército sólo ha salido de sus fronteras a llevar libertad.