Obama ¿inusual amenaza, balón de ensayo o cagada de pato?

Es usual, mucha gente piense que cada paso, por mili o kilométrico, dado por la diplomacia gringa, envuelta en ella el sector militar, como el jefe del Comando Sur, quien opinó recientemente sobre asuntos de la política venezolana y nos percibe a punto de implosión, está lo suficientemente calculado. Esa misma gente cree que nada, nunca es producto de la improvisación, azar, desespero o mala percepción. No se concibe en ella, según el mismo sector, tendencia a poner la cagada. Pero…podría ser. Se la pone, pese a los muchos cuidados tomados, porque la vida es como es y no como uno se la imagina.

            Pienso que ese no concebir a la élite política gringa dando pasos en falso, es un reflejo de la idea que se tiene de la capacidad técnica y tecnológica, recursos disponibles y la calidad de los mismos, materiales y humanos de aquélla. Pero el hombre no es perfecto; es susceptible a cometer errores. Bush, por ejemplo, aparte de su escaso nivel intelectual, rara vez andaba sobrio y en esas circunstancias, sometido a presiones que provienen de quienes calculan desde la perspectiva de sus carteras y motivado a sus “naturales” angustias, por su soberbia, tomó decisiones erróneas, cometió errores; ¡Y bien pudo eso suceder! ¿Cuántos ataques “preventivos” pudo haber ordenado sin obedecer a la sindéresis y capacidad de cálculo de su diplomacia y entorno político? ¿Hay suficientes razones para descartar esos procederes? Si no hablásemos de humanos eso sería radicalmente desechado. ¿Qué de racional hay en aquello de la Casa Blanca, haciéndole saber al mundo que Obama presenció por televisión el asesinato de Bin Ladem?

            Habrá quien diga, es posible, que lo racional estuvo que un sector del Pentágono le jugó, por alguna razón encriptada, una jugada al presidente.

             Pese reconocer la capacidad gringa para manejar distintas situaciones con aplomo y buen cálculo, no descarto que de vez en cuando, no sólo cometan errores, se equivoquen, sino que actúen improvisadamente.

             Hay quienes creen y no dejan de tener sustento, que Obama lanzó un balón de ensayo para medir la reacción a lo interno de Venezuela, en el espacio latinoamericano y tal vez mundial. Otros piensan que se trató de atemorizar a la población venezolana colocado el país al borde de la invasión por una fuerza conocidamente descomunal, buscando originar rechazo a Maduro, desatar alguna acción soñada como un alzamiento popular y hasta asustar a los miembros del gobierno, el cuerpo militar mismo y todas las fuerzas que le apoyan. Es decir, hizo una movida más, como antes se promovió guarimbas, protestas de manitas blancas, desmedidamente violentas y desató una guerra económica para caotizar la sociedad venezolana.

            Cualquiera apostaría por alguna de las dos opciones anteriores. Tienen mucho fundamento, sobre todo si partimos de la idea que el Departamento de Estado y la Casa Blanca, suelen hilar demasiado fino a la hora de tomar decisiones, pero no dejan de ser, en fin de cuentas, miembros de la especie humana.

            Pero quien esto escribe, por humano y saber que en esas dependencias gringas donde se suele “decidir sobre el futuro y asuntos de la humanidad toda”, lo que es poco racional y no deja de crearles problemas y dificultades, no descartamos que en la toma de posición de Obama con respecto a Venezuela, también pudo haber una cuota de improvisación y disparate por necesidad perentoria de buscar algunos equilibrios y satisfacer ciertas vanidades y exigencias.

            El asunto cubano le creo a Obama rechazo en sectores que durante 50 años han intentado destruir la revolución y hacerles insoportable la vida a los cubanos. Se vio obligado explicarle a ese sector la necesidad de tomar nuevos caminos porque la vieja y transitada persistentemente ruta, no conducía a ninguna parte. En esas circunstancias, como para “empatar el juego”, para usar una frase de la pelota, Obama intentó o sugirió cambiar a Cuba por Venezuela. Suelto allá, en Cuba, pero aprieto los tornillos acá, Venezuela, hasta provocar más que chillidos adentro y satisfacción en Miami. ¡En Venezuela hay mucho del oro negro!

            Por eso, lo que algunos no entienden en la conducta de Obama, fue para él lo más natural, algo que ya había avisado, arremeter como lo hizo contra Venezuela para tranquilizar y hacer felices a quienes vieron mal su gesto frente a Cuba. ¿Estuvo esto mal, viéndole por encimita, desde la perspectiva del gobierno gringo? No sé. Habría que evaluar en detalles.

          No dudo que Obama y quienes le asesoran analizaron todos los pormenores del asunto, los rasgos que caracterizan la sociedad venezolana y continental. Tal vez hubo una reacción desmesurada pero no por falta de estudio de la situación. Admitamos que los gringos no suelen ser explosivos como los latinos, sino que son fríos, calculadores y disponen de recursos tecnológicos, buena información y mentes muy equilibradas para dar cada paso. Pero, peso todo eso, lo que incluye el propósito asignado a los anuncios de Obama, pienso que todo pareciera haberle resultado una cagada.

           Veamos porque decimos cosa tan irreverente.

            Decir que Venezuela es una amenaza inusual para EEUU, más que una exageración es un disparate. Dar eso como argumento para justificar ante el mundo atropellar a los venezolanos, es además otra cagada.

           Los es también por la reacción que produjo aquel vil proceder del señor Obama, quien no podemos olvidar tiene el premio Nobel de la Paz. Produjo una reacción en cadena de apoyo a Venezuela, su gobierno y rechazo al gesto prepotente y abusivo de su gobierno, el de EEUU. El mundo todo protestó ruidosamente contra eso. Hasta Insulza, quien ha venido bailando al son que pone el Departamento de Estado, arrugó y calificó desmedido lo anunciado por Obama.

          Por intermedio de la voz de Evo, Correa, Bolivia, Ecuador y su pueblo denunciaron a Obama y demandaron una reunión inmediata de UNASUR. Los gobiernos de América Latina protestaron, pero por encima de ello, todos los pueblos del mundo hicieron saber su repudio al gobierno del norte. Ahora mismo está reunido el mencionado organismo sur continental para formalizar su respaldo a Venezuela.

            En Venezuela misma, la oposición que en su gran mayoría, al frente de ella la MUD, ha estado trabajando por tumbar al gobierno, se partió. Diputados opositores dijeron que nuestros asuntos debíamos resolverlos los venezolanos y calificaron como intromisión lo de Obama. El gobernador del Estado Lara, Henry Falcón, dejó constancia de su repudio a lo decretado por el presidente de USA.

            La MUD misma, después de un relativo largo silencio, emitió un comunicado donde se contradice; considera inadecuada la calificación de Obama porque “Venezuela no es una amenaza para ningún país”, aunque luego se va por otro camino hasta terminar agradeciendo el “apoyo de la comunidad internacional”. Es mala esa calificación, pero luego la toma como un apoyo para sí. De donde se concluye que la MUD, no pudo, porque no puede, partir por la calle del medio y aplaudir abiertamente la reacción repulsiva de Obama. Es decir, el mejor bastión de Obama en Venezuela, no se atrevió a darle pública y abiertamente su respaldo.

             Por último, la alta jerarquía de la iglesia católica venezolana, que ha estado al lado de la derecha, o la MUD, y su política, por intermedio del cardenal Urosa Savino, consideró “inaceptable y exagerada”  la calificación que hizo Obama de “amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de su país”.

           Mientras lo señalado sucedía en el exterior y dentro de la oposición venezolana, el pueblo de manera contundente se apiñaba por la defensa de su soberanía o derecho a resolver sus problemas y repudio a la potencia extranjera por injerencia en sus asuntos. Pero también es obvio, como en esta movida de piezas sobre el tablero de ajedrez, se tradujo en un apoyo inusitado al gobierno venezolano.

          Creo que el globo de ensayo le explotó a Obama en la cara. Este, al parecer, puso la cagada.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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