1. Si se joden a Carmen Aristegui en México por el gobierno de Peña Nieto perdemos un pilar de la información independiente que para México es mucho dado que el 99 por ciento de los medios de información (TV, radio y prensa) están al servicio del gobierno, los empresarios y del imperio de los EEUU. Todas las mañanas, de las seis a las diez horas, nos da información independiente a millones de radioescuchas que con ello logramos un balance de los hechos. Pero si se joden –mediante un criminal golpe de Estado- al presidente venezolano Nicolás Maduro por el imperio de EEUU y los grandes empresarios aliados a Obama, el asunto es internacional y de las peores consecuencias para los pueblos de América Latina.
2. Sin embargo los dos golpes imbéciles, si se llegaran a concretar, encendería nuevamente el movimiento de masas en las calles de México y Venezuela. Carmen Aristegui no es una conductora izquierdista, pero todas las mañanas durante cuatro horas en su noticiero examina las principales noticias, da a conocer denuncias y mediante entrevistas a las diferentes posiciones políticas e ideológicas, busca aclarar lo sucedido ante sus millones de seguidores. Al mismo tiempo cuenta con un buen equipo de investigadores que buscan ir a la raíz de los problemas encontrando en su camino decenas de casos de corrupción entre los grandes gobernantes y empresarios. Quisiéramos más, pero Carmen es con medida.
3. Nicolás Maduro ha buscado dar continuidad política al gobierno de fallecido (¿asesinado?) Hugo Chávez. Éste era más político y popular pero tuvo que resistir un criminal golpe de estado de dos días en 2002, ejecutado por los grandes empresarios con el total apoyo del gobierno de los EEUU. Maduro, siguiendo a Chávez, ha buscado negociar con la llamada oposición empresarial, sin embargo parece haber fracasado porque como los poderosos representantes del capital sólo buscan derrocar el gobierno que lleva ya 15 años dirigiendo Venezuela. El gobierno yanqui de Obama quisiera antes de retirarse entregarle a los grandes empresarios el manejo de la riqueza venezolana incluida en ella el petróleo.
4. La realidad es que son dos asuntos diferentes el de Aristegui y Maduro, pero tan importante uno como el otro. En México el gobierno de Obama apoya absolutamente al presidente Peña Nieto porque -a pesar de las grandes manifestaciones de repudio de la población a su gobierno por la inseguridad, los asesinatos y el desplome económico- Peña es “su” gobierno. En Venezuela, por lo contrario, se buscó derrocar a Chávez y hoy se busca aplastar a Maduro porque han sido gobiernos críticos del imperio y han buscado poner en práctica un proyecto no capitalista que beneficie a los sectores mayoritarios de la población. Otra vez la máscara de los dictadores disfrazados de democracia asoma con toda nitidez.
5. En México el presidente Peña con el apoyo empresarial y de los EEUU se siente poderoso y por eso ha tomado el camino de eliminar a Carmen Aristegui y a su equipo de investigadores mediante cualquier pretexto; sin embargo la realidad es por haber destapado la profunda corrupción que se descubrió sobre la compra de multimillonarias residencias ligadas con la construcción del ferrocarril a Querétaro; además de haber destapado las “trata de blancas” de dirigentes del PRI del DF. Me agradaría que Peña siga cometiendo estas estupideces para ayudar así al mayor despertar de la población. ¿Puede olvidarse que en 2009, cuando el presidente Calderón fue acusado de borracho, éste obligó la salida de Aristegui de su programa por dar la noticia?
6. A los analistas les gusta “tejer fino” y dar muchos detalles acerca de las personalidades que intervinieron para golpear a Aristegui; también buscan comentar las contradicciones del presidente Obama con el partido republicano de los EEUU y el gobierno de Maduro. Yo pienso que está bien, pero no hay que enredarse mucho porque en el sistema capitalista todo apunta siempre a lo mismo: consolidar el papel de los grandes propietarios del dinero y someter a todas las fuerzas que se oponen a ello. Maduro es un pilar fundamental del avance de las luchas sociales en América Latina, en la que hoy está Bolivia, Argentina, Ecuador, Brasil, Cuba y todos los agrupados en Unasur; y EEUU, México y otros países, el avance de la explotación capitalista.
7. Acabo de regresar del XIX seminario internacional realizado en la ciudad de México en el que más de 300 delegados de más de 40 países, además de unos 700 asistentes en tres días, analizaron los sucesos de América Latina y del mundo sucedidos en los últimos años. Se votaron decenas de apoyos a las luchas de los pueblos, se exigió que los EEUU retire sus intervenciones en Venezuela y el mundo, se pidió el respeto y la libertad a los medios de información, particularmente a Carmen Aristegui, así como se votaron estrategias de difusión y propagación de los acuerdos emanados de las 30 y tantas horas de exposiciones y análisis. Se gritó: ¡Respeto a las luchas de los trabajadores de América Latina y a los medios de información independientes y progresistas!