Barack Obama, con su Decreto-Ley injerencista -hoy condenado por el planeta entero- quizo, de manera retórico-mediática, reproducir y desempolvar sin éxito, unas doctrinas que nos remontan a una época añeja de su proyecto hegemónico del siglo XIX-XX.
Como "primer presidente afroamericano" ha actuado en una pelicula de muy baja calidad, sin expectadores en la región. El propio Congreso; la élite sionista, el complejo militar-industrial, los poderes mediáticos y el imperio financiero, han convertido al Presidente de EEUU, en un actor del reparto. Sus males condenatorios y al igual que Lincoln y J.F. Kennedy lo representan el manejo de la Reserva Federal.
Mientras tanto, quince años de revolución bolivariana, han sido suficientes para transitar hacia otras condiciones, se proyecta y ejecuta un nuevo orden internacional basado en la igualdad, armonía, respeto a la integridad territorial y a la no injerencia en asuntos internos entre los Estados. Ese "expansionismo estaunidense o doctrina Monroe"; la "alianza ofensiva y defensiva"; la "O.E.A" hasta el TLC, han expirado.
Un escenario de esta VII Cumbre en Panamá a partir de hoy esperamos se dará la reafirmación de correlación de fuerzas, presentará la oportunidad histórica y el escenario geografico para una Agenda que, signifique una re-evocación de los antecedentes y vocación anfictiónica. Panamá, debe cambiar su nefasta imagen de escenario para emboscadas, piquetes terroristas y fascistas yataques a nivel internacional, a movimientos sociales y los Estados soberanos.
Vivimos el derrumbe de los tiempos inciertos, tenemos un nuevo concepto de región, los bloques de afinidades; un hemiferio de paz; visto como bloque compacto; síntesis de afinidades histórico-culturales-territoriales; consensos geopolíticos y nuevos desarrollos geoeconómicos equilibrados y sustentables. Esa será la respuesta histórica, a la "Soberanía disminuida" que hacia referencia Ban ki Moon, en declaraciones recientes.