Hacer del joder, la irreverencia y del buen sentido del humor, tan propio de la personalidad campechana de un viejo vecino, un asunto de Estado y de dignidad patria, ¡es exagerar, hombre!...
Ahora, hacer de las maniobras de política internacional de Almagro en la OEA, un asunto de estrategia política-militar, cuando la OEA solo sirve para ir a hablar y a expresar los planes intervencionistas norteamericanos en América Latina, es otra cosa; pero que también, pensar las miserias políticas de un diplomático de segunda, como si fueran una puñalada a Simón Bolívar, es caer en la lógica del tal Almagro, quien quiere ganar notoriedad con los gringos por su cuestionamiento a Venezuela.
Lo más esencial es saber lo que la OEA es y para qué sirve: Es un organismo burocrático, que sirve para tener reuniones, para exponer los objetivos intervencionistas gringos y para escuchar discursos aburridos y alambicados como el de Chaderton (cuando estuvo allí); pues los discursos encendidos llenos de patriotismo y de defensa de la dignidad latinoamericana, no se exponen en esos organismos burocráticos.
Un poco de historia; en los años 60 la OEA sirvió para traicionar a Cuba y humillar públicamente el lacayismo de los gobiernos de la región. Cuba fue expulsada de la OEA, que gran pérdida, que Cuba aún no llega a ser miembro de ese organismo. ¿Que hizo la OEA cuando derrocaron a Zelaya en Honduras? ¿Qué hizo la OEA, cuándo los ingleses invadieron Las Malvinas?...
Con solo eso, ya hay suficientes motivos para abandonar la presencia en ese organismo y arrinconar a Almagro, en su disfrute de ratón burócrata de la OEA. La vida sigue, el socialismo está planteado y la revolución espera militantes que se interesen más por los pobres que por los políticos de ese tipo.