El expresidente uruguayo Pepe Mujica no deja de sorprender -al menos a mí- cada vez que él aparece declarando.
Mujica dijo hoy que a su entrañable exministro -y obviamente curruña, puesto que de otra manera él no habría hecho lobby ante Venezuela para elevarlo a la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos OEA- “se lo había comido el personaje”, frase con la cual el señor Mujica no dijo nada significativo sino que intentó sacar un conejo de su sombrero, pero, lo que es más triste, añade Mujica que “ante la crisis social y política de Venezuela” y, sin más.
A ese señor Mujica no se le ocurre desembuchar que, parte de la crisis a la que él se refiere ha sido alentada por Almagro sino que trata de dejar cabos sueltos como quien no ha roto un plato y ni por asomo él esgrime, a sabiendas, la razón del porqué Venezuela batalla por su soberanía y su independencia; pero es bueno examinar los aspectos invisibles de su camuflado mensaje porque, a otro perro con ese hueso, de mala intención está plagado el mundo de la política y el caso del que se trata no es excepción.
Pienso que el señor expresidente uruguayo está ante una aporía, lo que él trata de hacer es un control de daños ante la evidente cochinada de su pupilo Almagro, para intentar salirse por la tangente y quitarse las tablas de la cabeza pero ya es muy tarde para tratar de engatusar al pueblo venezolano; con sus frases aguadas a manera de placebo el señor expresidente uruguayo Pepe Mujica no podrá darnos lecciones de ninguna naturaleza, que otros se lo calen, nosotros no, y si por circunstancia nuestro Presidente Nicolás Maduro le tiende un puente amistoso, eso no es reprochable a ese nivel; pero nosotros los trabajadores de abajo demandamos que ni el habilidoso Pepe Mujica ni Almagro metan su nariz o su hocico en nuestros asuntos.
De todos modos es bueno refrescarle la memoria al señor Pepe Mujica: Venezuela batalla por derrotar una severa crisis desatada por el imperio norteamericano y secundada por la OEA para apoderarse de nuestro petróleo y demás riquezas, y su querubín Almagro no se ha arrastrado sin la anuencia de su mentor, Mujica; y que todos quienes se han arrastrado en la OEA, por favor laven su tierrero ahí mismito, en casa.
Mas, para no ser injusto con el señor Mujica si debo reconocerle algo de sinceridad y de razón en cuanto a su obra de teatro barato, que el “personaje” de demócrata no le quedó bien al actorcillo Almagro, tal vez el propio señor Mujica ha debido haber interpretado ese rol y podría haberlo hecho menos traumático, ahí si estamos de acuerdo en que “el personaje se tragó a Almagro”.
¿Sube el telón?
De todos modos, de ambos no digo ¡Oh! sino ¡Bah!