Trump y Obama tan parecidos a pesar del color

Cuando Barack Obama, salió electo Presidente de los Estados Unidos, muchos latinoamericanos, abrigaban la esperanza de ver salir de la Casa Blanca, una nueva manera de tratar, lo que hasta ahora han considerado su "patio" trasero –desde México, hasta la Patagonia, incluyendo todas las islas caribeñas–pensaban que el color de la piel, podía influir en el dialogo, y no en el poder de las armas. En la visita realizada por el señor Obama, a Cuba socialista–en la postrimería de su mandato– se lanzó un discurso, como si estaba hablándole a un pueblo, sin ninguna conciencia política, olvidando todo el pasado histórico de un país, sometido a grandes pruebas por el imperialismo, entre ellas, la más dramática, y criminal: el bloqueo económico a la isla, con graves consecuencias para toda la población; sin embargo esto ha servido, como estímulo para elevar la mística, y dignidad de un pueblo heroico, resistiendo sin doblegarse, bajo la orientación del Comandante eterno Fidel Castro Ruz.

A pocas horas de haber levantado vuelo el Air Force One, para llevar de regreso a Obama, al centro de poder: los Estados Unidos, el Comandante Fidel Castro, escribió un artículo para desenmascarar a un farsante "El Hermano Obama". En ese documento, rechazó de manera categórica, los conceptos y opiniones del mulato, quien parecía haber ensayado, todas sus actuaciones, mientras se mantuvo, como Presidente de los Estados Unidos, hasta en el caminar se le notaba la falsedad. Al terminar el mandato, prácticamente desapareció del ambiente político mundial, siendo arropado por un profundo silencio, pasando al más completo olvido, engrosando la larga lista de mandatarios estadounidenses, con una sola misión: mantener la supremacía del imperio, con la política del garrote, sin importarles la paz, el mayor anhelo de la humanidad.

Ese mismo mandatario mantuvo en un constante asecho a nuestro país, amenazándolo con mentiras, el cual se caían antes el mínimo análisis. La frase por demás ridícula al considerar a Venezuela, como una "amenaza inusual y extraordinaria" contra la poderosa nación norteamericana, nos demuestra las permanentes intenciones de una "bestia" dispuesta a someter a los pueblos, cuando emprenden el camino de la liberación.

El señor Obama, antes de entregar el mandato, renovó el decreto contra nuestro país, para terminar de enseñarle a los incrédulos, a esos, que, siguen apoyando a los fieles guardianes del imperio, y niegan rotundamente las amenazas, y acciones de los inquilinos de la "Casa blanca" de que están hechos los sostenes del imperialismo. Con solamente echar una miradita a las bravuconadas, y ejecuciones de los tres últimos elegidos: George W. Bush, Barack Obama, y Donald Trump, se pueden sacar conclusiones muy claras, y precisas. En los Estados Unidos, nada depende del color de la piel, religión, o la fortuna de los escogidos, es una política trazada, claramente definida, en cualquier manual por muy elemental se consigue: "Actitud o forma de actuación política basada en dominar otras tierras y comunidades usando el poder militar o económico".

Todo esto llevó al comandante Chávez, a pronunciar el histórico discurso en la ONU hace once años – El 20 de septiembre de 2006– para denunciar las verdaderas intenciones de todos los presidentes estadounidenses, al catalogar a George W. Bush, como más peligroso, que el mismo "diablo" porque sencillamente era muy palpable, muy alejado de la ciencia-ficción, tan parecido a los que han pasado por la CASA BLANCA, representando, y defendiendo la política imperialista en contra de los pueblos, cuando luchan por su libertad.

Los hechos sirven de ejemplo. No pueden tergiversar la verdad. El señor Barack Obama, no pudo engañar al pueblo cubano, con palabras por más almibaradas– adjetivo calificativo utilizado por Fidel Castro– en su visita a la mayor de las Antillas. El fanfarrón de Donald Trump, no va poder adulterar la verdad, ni arrodillar al valiente pueblo venezolano, por muchas razones fundamentales: fue elegido en unos comicios por demás amañados, y crece el rechazo por sus desvaríos a la hora de enfocar los problemas; además muchos estadounidenses están conscientes, que puede desatar un conflicto bélico a escala mundial con graves consecuencias para la humanidad; por la otra parte, lo único que tiene es dólares– por cierto, un arma, para someter a los pueblos– pero al final lo que vale son las ideas, la consciencia, convirtiendo a pueblos en verdaderas trincheras para enfrentar a los enemigos, cuando pretenden arrebatarle la libertad. Tenemos las enseñanzas de la guerra de independencia. VENEZUELA SOMOS TODOS.



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Narciso Torrealba


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