¡Qué buena vaina con esta recontrarevergación! Nosotros tenemos que seguirnos calándonos el cuentecito manido de la Hegemonía Imperial y su propiedad sobre la verdad, sobre la Justicia, la Democracia, el Mundo Libre, la Lucha contra el terrorismo, y una sarta de pistoladas más, todas podridas y fétidas a causa de su falsedad. O sea que Chávez no podía decir lo que dijo en la sexagésima primera asamblea general de la ONU, soberanamente como lo hizo, apoyado como esta por un pueblo venezolano que como nunca, después del proceso independentista, está unido a la causa grande de librarse del oprobioso yugo imperialista, y como si esto fuera poco las palabras de Chávez están secundadas por profusas mayorías del Planeta, que están hablando ahorita el idioma universal del valor y de la indignación por este atropello a los principios elementales de la justicia. ¿Tenía acaso Chávez que pedirle permiso al señor Bush para llamarlo Diablo, oloroso a azufre, como huelen los diablos? ¿A quien más tenía que pedirle permiso Chávez para decir que el imperio Yankee es una amenaza para la sobrevivencia de la especie humana? ¿A quien le iba a pedir autorización Chávez para decir que la sede de la ONU no podía seguir en territorio norteamericano? A quien carajo tenia que pedirle Chávez la venia para decir que los oprimidos del mundo tienen derecho a disfrutar de una Libertad Popular, sin la existencia de ningún Imperio?
Ahora el mundo, a raíz de la cómica, o de la detención de qué ha sido objeto Nuestro canciller Nicolás Maduro, hace apenas unas horas, sabrá con exactitud porqué es que la Sede de la ONU no puede estar en el suelo de los EEUU. Se han caído las caretas, el imperio norteamericano no respeta otra ley que su lógica abusiva y criminal.
Acaso no saben los guardias gorilas del aeropuerto de Nueva York que están deteniendo al jefe de la diplomacia venezolana, y que esto equivale a detener la soberanía nacional de nuestra República Bolivariana de Venezuela.
Si en las próximas horas no es liberado Maduro, nuestro heroico Pueblo se lanzará a las calles, y entonces se sabrá, qué la Libertad no se mendiga, se conquista en el Combate.
