El actuar despótico del gobierno norteamericano es aplicado interna y externamente, pero con mayor desparpajo practicada cruelmente por el Departamento de Estado de los gringos, órgano encargado de las relaciones exteriores de los Estados Unidos, que pretende ser la institución que dicte las normas de como debe proceder con su política interna y externa de casi todos los países del universo. Y si existe algún gobierno que no acepte aquella imposición, es amenazado, boicoteado, bloqueado y sancionado en lo económico evitando que aquel país pueda acceder a recursos financieros internacionales para su desarrollo y/o para tener un manejo normal en su economía interna, esto sin importarle para nada las penurias a que condenan a los habitantes de un país, principalmente a la gente de clase media baja y baja, es decir, a lo que comúnmente los políticos se desgañotan por llamarlo simplemente; EL PUEBLO. Esa política de ablandamiento comúnmente usada por los gringos, recurriendo al uso de mercenarios y a la compra de conciencias de bandidos originarios del país al cual los gringos se proponen someter. Para el zarpazo final los gringos comienzan a propiciar acciones violentas con la finalidad de orden público interno y entonces acudiendo a foros internacionales, mayormente sumisos a su voluntad, acusar al gobierno de anti democrático, tiránico y violador de los derechos humanos, cuando las autoridades del país se vean obligadas a aplicar las leyes vigentes para restituir el orden. Pero si esa situación anómala no hace colapsar al gobierno en su oportunidad, le caen a bombazos teledirigidos, hasta que el mandatario del país se ve obligado a abandonar sus responsabilidades dentro de la administración pública, oportunidad aprovechada por los gringos para invadir al país con sus muy bien equipados marines. Es de advertir al lector, que prácticamente en la REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA está por cumplirse la última fase del proceso de invasión, pero también se le advierte que, si los gringos consiguieran algún triunfo en Venezuela, más pronto que inmediatamente, la nobleza y valentía de un pueblo que ha demostrado ser digno heredero de las glorias de nuestros libertadores, combatirá con denuedo a los Yankees, quienes para lograr su cometido de dominación tendrían que gastar ingentes cantidades de dinero, tiempo, equipos y ofrendar numerosas vidas de sus soldados antes de que logren su cometido. Por tanto yo, un pata en el suelo más, desde ya les grito: GRINGO GO HOME. Ahora bien, mientras esperamos por lo que vayan a decidir en definitiva los halcones del Departamento de Estado y del Pentágono estadounidense contra Venezuela, continuemos narrando los innumerables ejemplos de bravura, coraje y dignidad que el venezolano, en aquella época de nuestra independencia, le ha dado al gringo y, si no les ha quedado claro, bueno que le eche pichón a lo que sea que Venezuela no huirá y ya verá lo que hace para defenderse.
En ningún momento los gringos consideraron razones de principios y/o de verdadera simpatía en el reconocimiento al que se vio obligado aquel año de 1822. Ahora bien, Washington reconoce la independencia de los países del Sur solo cuando calculó los beneficios económicos que podía obtener del comercio con los mismos y también cuando valora que la victoria de las fuerzas patriotas era inexorable; así como su capacidad de mantenerse independientes. Es el 25 de mayo de 1829, cuando Simón Bolívar escribe a José Rafael Revenga: "Jamás conducta ha sido más infame que la de los norteamericanos con nosotros: ya ven decidida la suerte de las cosas y con protestas y ofertas, quien sabe si falsas, nos quieren lisonjear para intimar a los españoles y hacerles entrar en sus intereses. Es un chisme contra los ingleses, que lo reviste con los velos del misterio para hacernos aparecer como servidumbre, lo que en efecto fue un buscapié para la España, no ignorando los norteamericanos que con respecto a ellos los intereses de Inglaterra y España están ligados. No nos dejemos alucinar con apariencias vanas; sepamos bien lo que debemos hacer y lo que debemos parecer"
Más adelante manifiesta el Libertador: "Yo no sé lo que deba pensar de esta extraordinaria franqueza con que ahora se muestran los norteamericanos: por una parte dudo, por otra me afirmo en la confianza de que habiendo llegado nuestra causa a su máximo, ya es tiempo de reparar los antiguos agravios. Si el primer caso sucede, quiero decir, si se nos pretende engañar; descubrámosles sus designios por medio de exorbitantes demandas; si están de buena fe, nos concederán una gran parte de ellas, si de mala, no nos concederán nada y habremos conseguido la verdad, que en política como en guerra es de un valor inestimable, ya que por su anti-neutralidad la América del Norte nos ha vejado tanto, exijámosle servicios que compensen sus humillaciones y fratricidios. Pidamos mucho y mostrémonos circunspectos para valer más" Lo anterior es una muestra ostensible de que la política exterior de Estados Unidos siempre se ha explicado por los intereses del capital y por la necesidad de expandir su hegemonía, lo demás es pura retórica y falsa diplomacia. Al Libertador Simón Bolívar se le ha reivindicado como el precursor de casi todos los movimientos políticos social-revolucionario, también ha sido pregonado como el primer profeta previsor que advirtió a los latinoamericanos a combatir el imperialismo estadounidense.