Intervencionismo contemporáneo de los Estados Unidos en América Latina y El Caribe

PARTE I

Desde su constitución, la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su Carta Fundacional recogió como uno de sus propósitos "el respeto universal de los derechos humanos y de las libertades fundamentales de todos", creándose en su seno la Comisión de Derechos Humanos que fue un gran aporte para comenzar el proceso de objetivación y generalización del sistema internacional de protección de los derechos en referencia, basados en la Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada por la Asamblea General el 10-12-1948, cuyo antecedente inmediato fue la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre aprobada por la Organización de Estados Americanos (OEA) el mismo año, y antes de ella estaban regionalmente vigentes: el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (Roma-1950), donde se estableció una Comisión y un Tribunal para salvaguardar los derechos humanos; y la Convención Americana sobre Derecho Humanos o Pacto de San José (1969), en vigencia desde 1978, que sigue los mismos propósitos del Convenio de Roma para el ámbito regional.

Dentro de los principios vigentes de la Doctrina de Derechos Humanos destaca el derecho a la libre autodeterminación de los pueblos (Artículos 1, 2 y 55 de la Carta de la ONU; Resoluciones 1514/XV y 1541/XV de la Asamblea General de la ONU, 1960). Este derecho va de la mano del principio de no intervención en los asuntos de otro Estado como consecuencia de la independencia e igualdad soberana, lo que incluye exclusividad en el ejercicio de su competencia y soberanía territorial (Resolución ONU 2625).

Esto implica un análisis desde diversos ángulos, sobre las Relaciones Internacionales, Derecho Internacional Público, Soberanía y Multipolaridad e Integración de los Pueblos, y su relación con la aplicación coherente de la Doctrina de Derechos Humanos. En concreto, se hará referencia a una diversidad de temas que van a determinar de una manera u otra la intervención injerencista del imperialismo estadounidenses en América Latina; ubicando en primer término la actual crisis financiera que atraviesan y lo peligroso que serían sus actitudes en la contraofensiva, es decir, sus injerencias mediante actos internacionales ilícitos, basándose principalmente en su política y acción militar como estrategia neo-colonial al establecer sus bases militares, por ejemplo, en Panamá, Colombia y Argentina, como ejes de avanzada dentro de la geopolítica neoimperialista contra los pueblos de América latina y el Caribe.

Indudablemente, los Estados Unidos de Norte América, como potencia mundial hegemónica desde la postguerra (mediados del siglo XX), ha sido el más flagrante violador de los principios de no intervención e independencia soberana, al desarrollar una serie de amenazas, agresiones y uso de la fuerza en sus relaciones internacionales.

Desde la última década del siglo pasado, y las siguientes dos del presente, el otrora superpoderoso país del Norte pasa por momentos verdaderamente graves, en relación a que cada vez más se acentúa una crisis económica y financiera interna, la cual se ha prolongado más allá de lo previsto, debido a la política implementada en un gasto militar exacerbado en guerras e invasiones no solamente en América Latina sino en diferentes partes del mundo; Ejemplo: (Irak, Libia, Siria, Irán el Bombardeo a Afganistán, el Líbano, Somalia, Sudan, Kuwait, Bosnia, Zaire, Albania, Yemen, Macedonia, Pakistán, Uganda, Mali, Níger), solo por nombrar algunos, ya que su objetivo principal geoestratégico en esta parte del continente es Venezuela, y no hay duda de que la presencia del petróleo es fundamental para seguir subsistiendo, ya que conlleva un gran poder de exportación lo cual es una motivación específica para seguir con su plan injerencista en los países donde puede sacar provecho.

El escenario internacional contemporáneo presenta un "hegemon unipolar" debilitado económicamente y con una situación crítica que se torna cada vez más declinante. Este escenario lo hace más peligroso, debido a que puede emplear recursos de última instancia como la amenaza constante de guerra, violación a la soberanía de los pueblos con una dinámica sustentada en su poderío militar y enfocada sobre todo hacia América Latina como objetivo privilegiado.

Literalmente, el imperio estadounidense, está pasando por graves momentos, ya que no cuenta con los recursos necesarios para garantizar el funcionamiento de su gigantesco estado burocrático, lo que le ha llevado a reducir el gasto público afectando sensiblemente sus programas y servicios sociales, teniendo que tomar medidas como cerrar o privatizar escuelas, y hospitales, abandonar obras de infraestructuras, y esto ha sido determinante en el aumento de la pobreza que se evidencia actualmente en gran parte de sus estados federados. Sobre todo en el estado de california solo por nombrar uno, donde actualmente una gran cantidad de personas duermen en carpas y a orillas de las carreteras, debido a las políticas aplicadas del actual gobierno.

Por todos estos elementos señalados, las perspectivas inmediatas de recuperación en la economía son poco prometedoras, y, precisamente, esto provoca que la contraofensiva imperialista se manifieste haciendo más delicado el panorama para América Latina, como consecuencia de la búsqueda de alternativas ante la crisis interna imperial, entre las que destacan estrategias y acciones bélicas en todos los ámbitos, especialmente, en lo económico.



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Víctor José Guerrero

Abogado. Maestrante de Derecho Internacional Público

 guerrerovictorj@hotmail.com

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