Escribo este artículo, el último de este año 2018, a 16 días del inicio del año nuevo 2019. Año donde se conmemoran ciclos perfectos de nuestro parto histórico cómo Nación:
1819: el 15 de febrero de ese año nuestro Libertador Simón Bolívar pronuncia su memorable discurso ante el Congreso de Angostura y deja sentada las bases de nuestro propio republicanismo, el de “la igualdad social establecida y practicada”; 2 de Abril se libra la batalla de las Queseras del Medio, bajo el grito “Vuelvan Caras”, demostración de que un puñado de hombres y mujeres libres son capaces de derrotar a los imperios más poderosos; 7 de agosto: Batalla de Boyacá, donde los venezolanos y venezolanas conquistamos la Independencia de la Nueva Granada, hoy Colombia. Marcando allí, el inicio de la épica por la Independencia de toda Suramérica que protagonizó el pueblo venezolano, nuestro mayor legado histórico.
1989: La rebelión popular del 27 de febrero, el estallido de un pueblo contra la desigualdad, la exclusión social y cultural, la grosera corrupción y la aplicación de un modelo económico neoliberal que terminó por abrir, de manera dolorosa, la histórica fractura social que tenemos como pueblo. ¡No hay pueblo vencido!
1999: El 2 de febrero el pueblo llega a Miraflores bajo el liderazgo del Comandante Hugo Chávez y se inicia la apertura de uno de los periodos de mayor protagonismo popular en la política venezolana, a partir de la activación del proceso popular constituyente; 15 de diciembre: Tras un intenso debate en el seno de la Asamblea Nacional Constituyente y con los más diversos sectores en todo el país, se somete a referéndum popular el nuevo texto constitucional y éste es aprobado por una amplia mayoría del pueblo. Nace la V República, la República Bolivariana de Venezuela, cuyas bases filosóficas están hoy más vigentes que nunca.
200 años de Angostura, de las Queseras del Medio y de Boyacá; 30 años de la rebelión popular contra el neoliberalismo y 20 años de la llegada al gobierno de la Revolución Bolivariana y de la aprobación de nuestra Constitución Bolivariana de 1999. Ese el marco histórico en que nos tocara superar los desafíos que impone el venidero año 2019, debemos estar a la altura de la corriente histórica de la lucha por la Independencia, la libertad, la justicia y la igualdad social que hemos protagonizado como pueblo.
En 2019, debemos conjurar la catástrofe con la cual nos amenazan y convertirlo en un año de quiebre a favor de la estabilidad política y diplomática que nos permita recuperar y expandir desde una perspectiva soberana nuestro modelo de inclusión social, cultural y económico.
En 2019, necesario es mantener abierto el camino victorioso de la Revolución Bolivariana, eso pasa por no arriar nuestra históricas banderas de lucha; por no dudar de nuestro modelo, por reconocer nuestros logros y nuestro errores; por combatir las desviaciones éticas e ideológicas; por renunciar a cualquier interés que no sean los intereses de nuestro heroico pueblo; de preservar nuestra soberanía económica y petrolera en cualquier circunstancia; en escuchar al pueblo, siempre escuchar al pueblo y rectificar donde haya que rectificar.
En 2019, para preservar la Independencia Nacional se requiere de la convocatoria a los más amplios y diversos sectores para construir una gran alianza patriótica, más allá de las diferencias políticas, que nos permita desmontar el andamiaje de la agresión diplomática, financiera, comercial y conjurar cualquier aventura militar en contra de nuestra Patria, Venezuela. Indispensable también es desmontar las mafias que debilitan al Estado y su capacidad de ejercer la autoridad, especialmente en el ámbito económico.
2019, tiene que ser el año en el que logremos la reunificación de la familia venezolana aquí en su Patria; el año en que convoquemos a los miles de venezolanos y venezolanas, que están aquí o en el exterior, que tienen altos niveles de formación, capacitación y experiencia para incorporarse, con nuevas ideas, con sus aportes, a la reconstrucción de nuestra economía y de los tejidos de convivencia política y social que necesitamos para vivir en paz. ¡Vuelvan Caras compatriotas!, los y las necesitamos.
En el año 2019, se requiere mantener la unidad de los y las patriotas y esa responsabilidad compete en primer lugar a la dirigencia política del país. Las decisiones tácticas y estratégicas que se tomen en el año 2019, tienen que apuntar a reunificar y sumar voluntades en función de preservar la Independencia nacional y el camino democrático pacífico y electoral de la transformaciones y rectificaciones revolucionarias que reclama nuestro pueblo.
En este sentido, es necesario valorar en su justa dimensión el peso de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999. A 19 años de su aprobación popular, ésta se ha convertido en el epicentro de la unidad nacional. Es por eso que, en cualquier caso, debemos cuidar celosamente las bases éticas, políticas, económicas, sociales y culturales que la transversalizan a lo largo de todos sus artículos. No cometamos los errores del pasado reciente.
Año 2019, como pueblo tenemos que organizarnos para luchar por nuestra Independencia y dignidad, como pueblo haremos respetar nuestros derechos frente a los intentos de conculcación por parte de las élites de cualquier signo que sean, como pueblo sabremos defender el poder democrático que nos pertenece.
En 2019, Dios mediante, nuestra conciencia mediante, Venezuela emergerá Independiente, digna y prospera. Así será. Un abrazo cristiano de navidad y de año nuevo, compatriotas.